Ir al contenido principal

Vivir en la calle

Cada día que saco a la perra me encuentro con la triste mirada de un señor que vive en la calle. Lo miras sin darte cuenta, como si formara parte de la ciudad, como cualquier árbol, banco, edificio. Si las miradas se cruzan pronto sus ojos se desvían hacia el suelo, con miedo, vergüenza. 

Hoy me ha dado especial pena, porque el sol y la humedad ciernen la atmósfera contra el suelo, en su calurosa pesadez. El hombre barbudo intenta escapar de esa plancha de calor aplastante. Lo hace refugiándose en la sombra apenas fresca de un árbol. 

¿Hay algo tan penoso como ver el mal ajeno?

Siempre me he preguntado cómo alguien puede acabar solo y vagabundo en la calle, sin nada ni nadie; en la más desolada soledad de aquel que ha terminado padeciendo los males del sistema, de la sociedad. ¿Acaso a nadie le importa tan depravado destino? Parece que no molesta demasiado a muchos. 

"¡Qué se busque un trabajo como todos!¡Un vago es lo que es!" es el típico comentario que dedica más de uno al pobre vagabundo que extiende la mano esperando una limosna que rara vez llega.

Es cierto que alguno abandona todo y se decide a la solitaria vida del sintecho por propia voluntad. Si es elección propia no hay problema. No me da pena en ese tipo de casos. Es más, me da envidia saber que alguien consigue lo que quiere. Lo que realmente me apena es vivir bajo un árbol o en una caja de cartón forzado por la situación.

En cualquier caso, escribo hoy esto porque además he visto cómo se repite de nuevo el vandalismo dirigido contra un pobre que duerme plácidamente en un cajero. Lo increpan, lo despiertan, le dan patadas e, incluso, le prenden fuego. 

¡Qué miserables podemos ser!

Comentarios

Entradas populares de este blog

La luz que se fue renació en otro nuevo día

  En este atardecer de hace un año,  moría el día, como mueren las historias.  En ese día, aquel, dolían los pies,  como debieron doler a aquel  que una vez corrió en Maratón.  Aquel era este, como este era aquel,  como la guerra que aquí se pierde,  como la guerra que allí se inicia  siempre.  Yo he perdido en guerras que otros ganaron, para después ganar las que otros acabaron perdiendo.  Yo, como todos, dejé coraza y casco, Dejé bandera, casa y hasta mi prado, Como el padre que un día dejó su legado. Perdí la luna y la noche se hizo oscura. Moría el sol y con él la luz.  Pero bien sabemos que al igual que no hay tormenta que dure eternamente, No hay noche que dure para siempre.  Hoy hace cuatro meses que nacía el sol de nuevo,  Cuatro meses,  con sus semanas,  días,    horas,  minutos    y segundos. Hoy no es como el hoy de hace un año. Hoy es un hoy diferente, mucho más iluminado...

Como el viento

El tiempo comparte con el viento su vaivén, sus momentos lentos de suave brisa, de potente huracán o de casi inexistencia, como si no existiera, pero ahí está siempre el aire y los años que pasan acumulados por segundos, minutos, horas, días, semanas, meses... Y así como el viento erosiona todo, seca la tierra y arranca de las plantas el agua que conserva, así el tiempo nos arranca la vitalidad, se lleva con él también la inocencia y las personas, unas veces queridas y otras simples máscaras que vuelan a la mínima ráfaga y tras las máscaras huyen corriendo tratando de atraparlas. Así el viento y el tiempo acaban llevándose la piel, la carne, el hueso, el alma y, como pétalos de flor de buganvillas, rápidamente vuelan y desaparecen. Fin.

Resistencia de Rosa Aneiros en español

Hoy vengo a hablar de un libro que me regaló una estupenda amiga hace un par de meses y que me sorprendió mucho: Resistencia de Rosa Aneiros en español o en castellano, como prefiráis . Rosa Aneiros cuenta en un lenguaje poético, fresco y renovador una difícil historia de amor entre Dinís y Filipa en el Portugal del siglo pasado; explica y narra, además, la atmósfera que rodea a dicho romance: la historia de unos personajes secundarios, que bien podrían ser tratados por principales. Expresa con soltura la velocidad con que pasa el tiempo y deja al final el corazón repleto de salitre. Esta historia nos narra las dificultades de un amor en una época y unas circunstancias determinadas, donde las leyes de la vida lo rigen todo y la resistencia es lo único que puede hacerle frente. En ella encontraremos personajes hechos de salitre y agujas de pino, que deberán afrontar una lucha con la vida y con los personajes que obstaculizan su felicidad, mediante tesón y una acérrima re...