Pronto nace el malestar, el mal au coeur que dicen los franceses. Pronto estalla la sangre, encendida por imágenes, inventadas de azar. Tarde uno se da cuenta de la verdad, de la causa del dolor convulsionado. Tarde, tarde, nunca es tarde, cuando el tarde llega. Pronto o tarde, tú recuerda, pronto o tarde te enteras.
Las primeras palabras se plasmaron sobre piedra, quizás, estas de ahora las plasmo sobre las pantallas líquidas de vuestros ordenadores y teléfonos. Bienvenidos/as al espacio donde mis palabras tienen lugar.