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Mostrando entradas de febrero, 2013

Nicolás Salmerón

‎"Es de rigurosa justicia emancipar la Enseñanza de todo extraño poder, y convertirla en una función social, sin otra ley que la libre indagación y profesión de la verdad".  Nicolás Salmerón. Quería poner algún enlace a algún documental o vídeo sobre Nicolás Salmerón, pero no he encontrado nada, lo que me produce cierta tristeza, porque la ausencia en la red de algún trabajo sobre este personaje almeriense que llegó a ser presidente de España y que es claro ejemplo de lo mucho que deben aprender nuestros actuales políticos: saber que gobiernan para y por su pueblo y no para el interés propio, cuesten las vidas o la precariedad de las personas.  ¿Quién era?  http://www.premiosalmeron.com/ nicolas-salmeron.html A Nicolás Salmerón lo conocí (entiéndase que supe de su existencia) gracias a una excursión que hicimos en el instituto a Almería, donde visitamos su casa y sus libros. Desde ese día sentí que ese hombre siempre estaría presente en mi memoria.

Placer cotidiano ¿7?

"Todo lo que era sólido se desvanece en el aire".  MARX En mi enfermedad por los libros hay también un placer cotidiano sin el que no podría vivir.  Aunque hace frío y el cuerpo, expuesto a la intemperie de la calle, esté aterido por este ambiente siberiano, he salido esta tarde para despejarme y me he dado una vuelta por los estantes de la librería Metáfora de mi calle (algo así como un hogar más para mí) y, mientras miraba las novedades y la mesa de libros a precios asequibles, he vuelto a caer en la tentación y me he comprado un nuevo libro. Es este vicio, esta enfermedad, donde hallo asimismo el aroma del placer cotidiano. En él entra en juego la atracción visual por una portada llamativa o por la explosión de un buen título, así como la sensación producida por el tacto de los dedos al palpar las hojas del libro o por el estímulo provocado por una frase leída al azar. Es esta llamada del libro uno de mis mayores placeres. La pena es que haya gastado un dine

Los animales sí tienen derechos, los naturales.

Ahora resulta que los animales no tienen derechos y mucho menos a la vida y a la libertad. Pues sí que tienen, todos aquellos que la naturaleza ha otorgado. Ayer me incendiaron las palabras de Cantó con respecto a los animales. Según el susodicho humano, los animales carecen de derechos porque ni saben discernir entre el bien y el mal ni tienen libre albedrío. Y claro, es que son animales y, por ese hecho, ya sean más o menos racionales, podemos hacer con ellos lo que nos plazca. Y esto es lo que más me molesta, ese aire de superioridad que tarde o temprano aparece en algún humano. Nos creemos con el poder de determinar nuestra supremacía y aclamar la inferioridad de los animales. Pues, querido, SOMOS animales como el resto. Ni el perro ni el gato ni una hormiga ni esos toros, con los que os gusta hacer (supuestamente) un arte milenario ibérico, son inferiores a nosotros. Y tú eres un ANIMAL exactamente como ellos. Si te hablo de aquellos espectáculos romanos donde se enfrentaban

Domingos.

... no es que pretenda tocar ¿con las manos? el cielo. Safo Hoy es domingo y con la mente puedo asir el manto del cielo; con las manos yo sí puedo abarcar el cielo.  Creo que a todos nos ocurre lo mismo con respecto a este día de la semana. Es un día que se separa radicalmente del resto de la semana y es, además, la cúspide de la tristeza, símbolo del final de un periodo. A veces tiene un regusto a muerte, a fin de la vida, del color. Sin embargo, uno se asoma a la ventana y ve ese cielo azul luminoso y descubre la calle tranquila sin un alma ( âme qui vive , como dicen los franceses) y, evidentemente, uno siente cierto sentimiento contradictorio de bienestar, de agradecimiento a los placeres que el domingo ofrece (más aún si es un día como hoy) y de aburrimiento, de inactividad, de frío intrínseco, de nostalgia y grisura interna. El domingo fue durante mucho tiempo el día de la misa. Cuando la gente no tenía ni dinero ni recursos, sabían que el último día de la semana i

Seres acéfalos

El otro día, mientras paseaba, me encontré con un dibujo hecho con tiza azul en una farola del paseo. El dibujo carecía de cabeza y me pareció una imagen precisa de lo que el actual gobierno parece buscar: seres no pensantes. El dibujo refleja un ser humano muy rudimentario, pero no tiene cabeza. Entonces empecé a imaginarme lo que habría pasado por la mente de ese crío que dibujó así. Me sorprendió porque refleja la realidad. Recortan en educación y empeoran las condiciones de los profesores y, en consecuencia, también de los alumnos. Al empobrecerse el sistema, la enseñanza también empeora y el aprendizaje merma. Al mismo tiempo, con la nueva ley educativa, se reducen las horas de filosofía, eliminan educación para la ciudadanía y, por consiguiente, los alumnos cada vez piensan menos. Si reflexionan menos, es más fácil manipularlos; se vuelven, pues, seres sin cabeza, justo como el humanoide del dibujo. Por suerte esto es solo un dibujo. Seguramente un mero dibujo sin

Inevitable

De esto que tienes programadas las temáticas de las próximas dos entradas en el blog y acabas viéndote seducido por algo; entonces decides que hoy hablarás de ello. Todos sabemos que muchas veces las coincidencias azarosas de la vida nos hacen dudar de la existencia o no de destino. A día de hoy no creo en él, como ya he explicado en algunos posts anteriores. En cambio, sí creo en el destino ficticio, al igual que en la magia literaria o cinemática.  Hace unos escasos minutos he visto un cortometraje que me ha tenido con la respiración contenida, el pecho henchido, la boca abierta y los ojos fijos en la sucesión de imágenes.  La historia es simple: de repente la rutina de un funcionario cualquiera, sin expectativas más allá de rellenar formularios, se ve truncada por un formulario vacío que  se adhiere al traje y sale enseguida volando. Tras ser transportado por el viento, una chica sale corriendo detrás de él y lo atrapa. En el documento hay plasmado un beso rojo de la