Ahora resulta que los animales no tienen derechos y mucho menos a la vida y a la libertad. Pues sí que tienen, todos aquellos que la naturaleza ha otorgado.
Ayer me incendiaron las palabras de Cantó con respecto a los animales. Según el susodicho humano, los animales carecen de derechos porque ni saben discernir entre el bien y el mal ni tienen libre albedrío. Y claro, es que son animales y, por ese hecho, ya sean más o menos racionales, podemos hacer con ellos lo que nos plazca. Y esto es lo que más me molesta, ese aire de superioridad que tarde o temprano aparece en algún humano. Nos creemos con el poder de determinar nuestra supremacía y aclamar la inferioridad de los animales. Pues, querido, SOMOS animales como el resto. Ni el perro ni el gato ni una hormiga ni esos toros, con los que os gusta hacer (supuestamente) un arte milenario ibérico, son inferiores a nosotros. Y tú eres un ANIMAL exactamente como ellos. Si te hablo de aquellos espectáculos romanos donde se enfrentaban gladiadores y bestias, ¿no te llevas las manos a la cabeza? Es una aberración, igual que esas matanzas que se hacen en las plazas de toros. Y todo esto me recuerda a esos debates medievales donde se hablaba de la presencia o ausencia de alma en los animales. Suponiendo que el alma existiera (cosa que no es el caso, al menos no en el sentido místico), si un humano tiene alma, un animal también.
Y hablando de los toros, ¿no se te cae la cara de vergüenza de votar favorablemente a la conversión de esta tradición bruta en bien de interés nacional? ¿Quién eres tú para hablar de hipocresía? El hipócrita eres tú que tanto te opones al terrorismo de ETA y, en cambio, contribuyes al terrorismo animal. No solo a apoyarlo, sino a favorecer con tu voto afirmativo que reciban aún más dinero público.
Además, vas de intelectual y te crees que por citar a Fernando Savater estás protegiendo tus palabras. Perdona, pero ese ético del que hablas ya demostró con el tema de las lenguas vernáculas de España que carece de sentido común en determinados aspectos. Que él establezca que los animales tienen o no derechos es creerse lo que no es. Pero no hablaré del ilustre ético...
Dejemos, pues, que la realidad hable por sí sola. Mira por la ventana o pasea por el campo. ¿No ves que la naturaleza ha establecido que todos tienen derecho a la vida y a la libertad? Si no fuera así estaríamos todos muertos. Libres en sentido estricto nadie lo es ni lo será; en sentido parcial todos lo tratamos de ser, lo mismo un animal con "raciocinio" como el ser humano (entrecomillo porque eso del raciocinio no sé ya si se nos debe aplicar o no, visto lo visto), que un pájaro que vuela y se divierte con las corrientes de aire. Y, tú, Señor de UPYD, eres un claro ejemplo de lo que hay que evitar: creerse superior. Que pienses no te da derecho a la vida. Si no, voy a rizar más el rizo: ¿Acaso carece de derechos alguien que está en coma o que se encuentra en estado vegetativo? Porque siguiendo tus palabras, deberían carecer de tal derecho. ¡Vergonzoso!
Ni toros ni san toros. Ni subvenciones ni más dinero público a esas matanzas que llamáis arte y espectáculo y tradición. Y, por favor, ocupaos de los temas relevantes: del paro, de los desahucios, de la gente que vive en la calle, de la educación, de la sanidad; a fin de cuentas de dejar de jugar con todos y de emplear vuestro tiempo en lo primordial.
Menos chorradas y más efectividad. ¡Sinvergüenzas!
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