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Mostrando entradas de 2013

Desvaríos absurdos

Algo que voy a criticar siempre es esa absurdez que ejemplifica el hecho de que se enseñe literatura a través de libros de texto, de esquemas que reducen la riqueza literaria a meras escuelas literarias, a algo tan vacuo como es un resumen, una crítica, un movimiento literario que no es real. Así no me sorprende que pocos sean los que amen las clases de literatura. Señores, hablamos de libros de épocas anteriores, de la actualidad; por consiguiente, una clase de literatura correcta debería potenciar la lectura, el acceso al placer de leer, pero también a la emoción de conocer a nuestros antepasados directamente a través de sus voces congeladas en el tiempo, afianzadas en letras sobre papel. Porque un curso de literatura jamás debería basarse en un manual. Eso es un asesinato literario, algo así como hablar de platos exquisitos mirando un recetario y no llegar nunca a cocinar uno de esos platos y a saborearlo, olerlo, palparlo y tener que limpiarse los restos que se quedan pegados a lo

Economía de raíz humana: ricos y pobres

El otro día leí que, a pesar de la crisis, en España ha aumentado el número de ricos un 14%, lo que me irrita muchísimo y me parece terriblemente insoportable. ¿Cómo puede ser que crezca la riqueza de unos pocos cuando la gran mayoría se empobrece? ¿Cómo me hago yo mismo esta pregunta sabiendo que es lo que ha ocurrido siempre en la historia de la humanidad? Pero lo más curioso de todo es que aun habiendo sido esta la tónica general, esa que dice que siempre hay más pobres que ricos, la mayoría permite que esto siga sin verse alterado. Ni revoluciones ni guerras ni muertes ni huelgas... nada es capaz de cambiar de raíz el problema, ese tremendo desajuste humano que separa ricos de pobres con tanta brutalidad e injusticia. Antes hubo jefes de tribu, luego patronos, señores con grandes tierras, nobles, burguesía, grandes empresarios, monarcas... todo lo ha dictado el poder pecuniario mal repartido y las tradiciones fijas, las que parece que salen de los genes directamente y no hay movim

Silencio entre voces que no callan

Ya en mi última semana de trabajo en el hotel, me encuentro en una extraña situación, algo así como el enfermo que se bate entre la vida y la muerte. Las ganas de terminar son inmensas, pero no sabría decir si superan a las de la tristeza por dejar de trabajar y perder esta cierta estabilidad económica que me proporciona, aunque no mental ni saludable. El hotel está tranquilo. ¿Dónde fueron a parar las ingentes masas de personas adultas que parecen burros y berrean y aquellas tiernas criaturas con capacidad pulmonar para ensordecer? ¿Dónde? Ubi sunt? ¿dónde se han metido las quejas inconsistentes, las estupideces humanas, el ruido de la fuente? ¿Dónde? ¿Dónde está todo ese bullicio, ese trabajo que se hace infinito? ¿Dónde la sensación de no disponer de tiempo para terminar tus tareas? No queda casi nada aquí. El hotel ya casi cierra sus puertas por esta temporada y ahora cuatro gatos insuflan vida al bar de la recepción. Por poco tiempo. Y las horas se eternizan y ya los clie

Cambiantes como el río de Heráclito

Analizando mi interés por los libros me doy cuenta enseguida de que ya no me atrae tanto la historia que cuentan como la manera en que lo hacen los autores. He leído tantos libros en mi vida que ya es difícil encontrar uno que me cuente algo nuevo, que sea capaz de sorprenderme por lo inesperado de la trama. Es todo ya tan previsible que aburre. Lo que sería de esperar ahora habría sido que no leyera más novelas en mi vida; en cambio, como suele ocurrir en todo ámbito de la realidad, nos adaptamos, me adapto y acostumbro a cambiar las lecturas. Ahora leo más ensayos, más correspondencias y novelas que cuentan las cosas ampliando mis horizontes narrativos, lo que a su vez influye asimismo en mi propia visión del mundo, mi propia capacidad de observar, ya de por sí desarrollada. Soy observador desde antes de tener uso de razón. Podría decirse que es uno de mis rasgos distintivos. Pero ser observador en la lectura no es algo tan relevante, al menos no en el sentido de que se sea realment

Soy como un globo

Un globo se infla con muchas ganas y mucho pulmón, sobre todo esos que son muy pequeñitos y que se alargan como una salchicha infinita. ¡Y con qué facilidad se desinfla si se pincha o en caso de soltar la boquilla sin haber hecho el correspondiente nudo! Me pasa lo mismo cuando leo. Estoy concentrado en mi lectura, viendo pasar la película que me están narrando y voy montándome al mismo tiempo mi propia historia. Me acechan las ganas de escribirla. Corriendo enciendo el ordenador o abro el cuaderno para comenzar a contar el relato que minutos antes se había empezado a desarrollar en mi cabeza y ¡pluf! todo se desinfla y se escapa el aire de las palabras que no llegaron a plasmarse, congeladas en un tiempo enlazado automáticamente al libro que reposa en mis rodillas o en la mesita de al lado. Tal vez me empeño en escribir lo que no tiene escritura. O como se dice será que lo que iba a escribir era mentira, ¿no? ¿Acaso todas las historias no lo son?  ¿Existe una fiel a la realidad?

Hablar solos

He empezado a leer "Hablar solos" de Andrés de Neuman y he de reconocer que me está gustando mucho el modo que ha elegido el autor para contarnos la historia de un padre, una madre y su hijo de 10 años. El título hace referencia al diálogo interno de cada personaje para hacer avanzar la historia. meterse en cada una de las cabezas es una tarea complicada, que por el momento el autor sabe afrontar con holgura. Lo que me hace pensar ya de antemano que el libro ha de ser bueno es el título: hablar solos es una acción que nos ocupa la mayoría del tiempo, por no decir toda la vida. Todos hablamos solos con nosotros mismos todo el tiempo. Cuando digo todo el tiempo me refiero a todo el tiempo. ¿Acaso hablar con otro no es en realidad hablar con uno mismo? ¿Soñar no es hablar consigo mismo? ¿Escuchar una canción es hablar con uno mismo? ¿No es este título motivo suficiente para abrir sus hojas y escuchar las conversaciones de los personajes? Después de terminar el libro de Muño

Goku y Vegeta en una lucha interminable o tal vez no.

De la lluvia de cambio de estación me gusta su improvisada danza sobre los tejados, sobre las copas de los árboles, sobre la mesa del bar casi descolorida, sobre el capó del coche o sobre la superficie de esa lata de coca-cola que alguien guarro (¿Para qué engañarnos?) ha dejado tirada sin misericordia. Tan improvisada que aparece cuando segundos antes el cielo estaba despejado y no soplaba ni la más mínima brisa. Se presenta sin más, como aquí anoche. De repente, sopla el viento, se humedece el ambiente y la atmósfera hace amago de invierno, pero solo amago porque tras caer una lluvia pesada, de gotas gordas, como cuando la abuela tira el agua sucia del cubo de fregar desde la puerta a la acera de la calle, regresa el calor y se seca todo. ¿Quién diría que se había derramado el cielo minutos antes?  Anoche cayeron tres chapetones, como se dice en mi pueblo, y las gotas hicieron sonar las cúpulas del hotel como las castañuelas en una danza andaluza. Animaron la noche, por decirlo

Momentos culminantes

Todo gran libro tiene un momento culminante casi llegando al final.  La vida, vista como una sucesión de capítulos o incluso como una biblioteca de libros y, por consiguiente, de historias, posee momentos culminantes por doquier y a todas las horas, solo hay que saber buscarlos, provocarlos, tal vez solo saber mirar, escuchar, prestar atención a lo que en realidad nunca se presta atención aunque parezca que sí. Localizarlos es más sencillo de lo que creemos, tan solo hay que proponérselo y ser capaces de separar lo esencial de lo sobrante, cambiar la mirada, porque lo que realmente da culminación a un momento no es lo externo sino lo interno, el hecho de que el que mira quiera y provoque que eso en concreto sea especial. Creer que algo es único y especial lo hace cúspide de una montaña nueva e inexplorada. ¡Qué divertido puede ser todo cuando se mira desde otra perspectiva! La cuestión es que yo adoro los puntos tensos de los libros, el momento en que en un par de páginas

El recuerdo inventado

Uno se agobia pensando en lo fugaz del tiempo cuando uno se topa, de repente, con algo inalterado, como el recuerdo de un lugar que lleva años sin visitar y que para la persona permanece tal cual, como detenido y aislado de toda metamorfosis.  Estaba leyendo esta tarde en la cama antes de dormir y, aunque seguía pasando la vista por las frases de la página, mi cabeza se había trasladado instintivamente al pasado. Deambulaba por las calles de la vieja ciudad francesa de Pau y me detenía a mirar el balcón de la casa donde viví una vez, como lo puede hacer un fantasma que ha dejado la vida y observa con detenimiento los lugares que fueron parte de su existencia. Allí estaba yo en la cama con el libro en alto y la mente lejos, en otra parte inventada, en un lugar que con toda seguridad no es el mismo, porque no puede serlo, porque el tiempo ha debido de transformarlo todo, como es costumbre suya o, al menos, si no el tiempo, la mano del hombre habrá colocado una farola que no estaba o

Soñar despierto por no poder hacerlo dormido

Aquí a estas horas sin haber pegado aún los párpados en ese sueño reparador de cada noche, cansado y con la mente puesta en las sábanas frías de mi cama, me hallo resistiendo la tentación de dormir en este escritorio que ha sido mi compañía nocturna, mientras trabajaba. En la penumbra de cuatro focos de luz encendidos y apesadumbrado por las espadas de las sombras, a veces he sentido en la nocturnidad de ayer, que para mí sigue siendo hoy, el silencio externo así como la voz mía que me ha robado la faringitis y me he perdido en mí mismo, al mismo tiempo que rellenaba informes, cerraba el trabajo diario y preparaba el del día posterior. Ver pasar las horas cuando no pasan es aburrido e incita a filosofar. Filosofar sobre muchas cosas y nada a la vez, porque la mente fluye mucho, pero se desparrama de cansancio y es incapaz de retener todas las buenas ideas que van surgiendo. Solo pienso en realidad en una habitación a la que debía despertar y desperté, sea dicho de paso, a las 5 horas

Escribir sin previo aviso

Voy a hacer lo de siempre, escribir sin consciencia, sin previa reflexión, solo por el hecho de combatir el óxido que recubre toda mi materia gris, para reparar las compuertas del cerebro y recoger toda su materia derretida por el calor del verano. Escribir como medicina contra el catarro de los miedos que me acechan a menudo. El pavor de no saber si la senda que se ilumina a mis pies sigue el buen camino hacia el porvenir que nunca viene, siempre extendiéndose hacia el infinito. En ese miedo que me ata cuando tengo turno de noche y veo sombras que se convierten en hombres con pasamontañas y el ruido aterrador de unos pasos que no suenan. Escribir cada día de nuevo para volver a ser quien era antes del verano, antes de perder el ánimo en el estrés de las horas desaprovechadas. Sobre todo, tengo que escribir para recordarme lo bueno que ha sido en realidad el verano, las cosas buenas que se sobreponen a las negativas. Porque este verano he tenido a S. conmigo muchas semanas, aunque no

Sin escribir escribiendo

Estoy perdido de la red, pero pronto estaré de vuelta por aquí. Estoy acumulando energías y cada vez me noto con más ganas de volver, escribir, contaros mis conclusiones, mis tonterías varias o simplemente comunicarme con los pocos que me leéis. Por lo pronto me apetece escribir un poco ahora, sin guion previo, como a mí me gusta tanto, como la imitación de la naturaleza, dentro de un orden que no sigue orden, de un caos que no es en realidad caos. Este verano ha sido muy duro en muchos sentidos y agosto, en especial, me ha dejado como dentro de un agujero negro, pero aquí estoy vivo y coleando, como el pez que a pesar de haber sido pescado a veces vuelve al mar y nada como ya lo hacía antes de caer en el anzuelo. Me han pescado este verano los overbookings, los descuadres, las cuentas no ajustadas, las broncas, los papeleos y los clientes estúpidos. Sí, he dicho estúpidos, porque también los hay, aunque por suerte no es la norma general. Para mi sorpresa, no he escrito ni una sol

La piedra de Sísifo y una pastilla

Ayer, por primera vez en mi vida, me tomé un tranquilizante. Esa miserable pastillita me dejó atontado, con los ojos cerrados herméticamente y un sueño atroz que me llevó a tumbarme en la cama durante muchas horas. Desapareció el estrés temporalmente, pero solo superficialmente. Mientras dormía soñé con el hotel. Solo había problemas y aparecían amigos que me hacían daño. Era uno de estos sueños ilógicos, donde se mezcla parte de la realidad y una deformación de esta. En apariencia estaba calmado, tenía el pulso tranquilo y el corazón latía sin el ansioso ritmo de antes; en el fondo todo era una fachada. Ayer no fue un buen día. Al perro pulgoso todo son pulgas, dicen con razón. Nunca he comprendido por qué cuando todo va mal solo vienen cosas peores y viceversa. ¿Qué hace que lo bueno se acumule por temporadas y lo malo haga lo mismo? ¿Es tal vez solo una percepción nuestra que nos lleva a aceptar solo lo bueno durante una temporada y elimina todo lo negativo y otras temporadas solo

Gente que agrada sin razón aparente.

Hay personas que nos producen un estado de alegría y nos provocan risas con cada frase que dicen. Puede que no estén diciendo nada fuera de lo común, pero hay una especie de química que nos transmite ese sentimiento.  Con la madre de Paco León, el actor, me sucede eso mismo. Es verla en la tele y me dan ataques de risa tontos. No sé si es el tono de su voz, la forma que tiene de expresarse, su cara, sus gestos, el conjunto o qué demonios me lleva a desternillarme. A este mujer la conocí en la película que le dedicó su hijo: " Carmina o revienta ". No se trata de una gran película ni mucho menos, pero yo veo a esa mujer tan de barrio sevillano, con ese humor tan andaluz, su desparpajo y la facilidad para reírse de ella misma que hace de la película algo extraordinario. El argumento no es nada del otro mundo: una mujer que se las ingenia para sacar su vida y su negocio adelante, frente a las adversidades que acechan lo cotidiano, con sonrisa y buen humor.   Así pues, t

Egocentrismo humano

He comprobado en mis 27 años que lo que nosotros hacemos es siempre lo correcto, siempre llevamos la razón, juzgamos al resto dependiendo de lo que nosotros consideramos que haríamos o no haríamos, tenemos la lengua muy larga y la afilamos enseguida contra el otro. Somos, en definitiva, seres deleznables avivados por el fuego interno: todo depende de nosotros mismos, todo gira sobre nosotros. Si hay un error nunca somos nosotros los culpables. Si hay problemas o enfermedades los nuestros son siempre más importantes que los del resto.  Esta mañana, mientras trabajaba, una mujer ha empezado a chillar como una desesperada loca. He levantado la cabeza y estaba corriendo hacia la puerta giratoria de la entrada. Allí un niño pequeño estaba dentro de la puerta, esta seguía girando y la madre decía que la seguridad de esa puerta era una mierda. Hasta donde yo sé una puerta giratoria automática debe girar cuando alguien se aproxima a ella. La señora decía que la puerta le iba a arrancar el

El hombre es igual ahora que en otras épocas: idolatrías.

Escribe una carta Flaubert a su hermana, Caroline , el 5 de diciembre de 1843 desde París, exactamente un domingo por la tarde a las cinco, donde en un momento dado le describe cómo ha sido tener cerca a Victor Hugo : [ Tu t'attends à des détails sur V. Hugo. Que veux-tu que je t'en dise? C'est un homme qui a l'air comme un autre, d'une figure assez laide et d'un extérieur assez commun. Il a de magnifiques dents, un front superbe, pas de cils ni de sourcils. Il parle peu, a l'air de s'observer et de ne vouloir rien lâcher. Il est très poli et un peu guindé. J'aime beaucoup le son de sa voix. J'ai pris plaisir à le contempler de près; je l'ai regardé avec étonnement, comme une cassette dans laquelle il y aurait des millions et des diamants royaux, réfléchissant à tout ce qui était parti de cet homme-là assis alors à côté de moi sur une petite chaise, et fixant mes yeux sur sa main droite qui a écrit tant de belles choses. C'était là p

La guadaña es imprevisible.

Tan joven y tan agotado. Qué cansancio tengo estos días. Me duelen los pies y las piernas y me noto con ganas infinitas de dormir, pero no consigo dormir bien, no descanso. Se ve que el trabajo y esos horarios tan cambiantes me tienen el cuerpo atormentado y, a diferencia de lo que sucedía antes, ahora me canso más, tardo más en recuperar la energía y el cuerpo reacciona peor a las batidas cotidianas.  Y sin embargo aún soy joven. Lo certifica mi carnet joven renovado hasta los 30 años; eso sí, solo soy joven oficialmente en Andalucía, porque fuera de ella ya he pasado esa franja que separa al joven del adulto, una frontera marcada no sé bien por qué criterios. En unos lugares del mundo uno es niño, adulto o anciano; en Europa, la variedad aumenta y además hay niño grande, adolescente, joven adulto y jubilado, que no anciano ni viejo.  Para los romanos uno era adulescens  hasta los 26 años, si no recuerdo mal. ¿Quién dictamina el cajón al que pertenecemos? ¡Qué extraña es la h

Hoy estoy feliz por el príncipe de Asturias

Hoy se ha sabido que el creador de la Mágina literaria ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias. Este gran reconocimiento a Antonio Muñoz Molina lo siento como el premio que recibe un amigo que ama su trabajo y se dedica a él con total profesionalidad y ahínco. No he estado nunca cerca de él. No creo que nunca lo vea en una conferencia o tenga el placer de verlo  en persona, mucho menos cruzar palabra o un simple saludo con él. Y a pesar de todo es para mí un amigo, un mentor, un acompañante en la soledad. Me fascina su narrativa, su voz en los libros. http://cultura.elpais.com/cultura/2013/06/04/actualidad/1370373026_952988.html Todo escritor es expresión escrita. Su voz es más mental en la cabeza de otro que en el oído ajeno. " Volvió a la ciudad para perderse en ella como en una de esas noches de música y bourbon que no parecía que fueran a terminar nunca. Pero ahora el invierno había ensombrecido las calles y las gaviotas volaban sobre los tejados

Desesperanzado

Qué triste es tener que callarse y parecer contento por tener un trabajo que no te llena en absoluto ni te hace crecer, sino más bien lo contrario; pero da sustento y alimento que es lo único básico en estos tiempos presentes. Más triste todavía es no tenerlo.   En este país el verdadero afortunado es aquel que puede desempeñar su vida en un oficio que recorre todas sus venas y asoma por todos los poros de la piel. ¿De esos hay muchos? Hace unos años, cuando aún no sabía a qué quería dedicarme, me asaltaba la duda constantemente y me planteaba cómo sería mi futuro. Sin ser yo un genio, a un momento dado supe que el esfuerzo y la constancia suelen vaticinar metas alcanzadas. Así paso a paso, escalón a escalón, uno va ascendiendo a las alturas de la montaña desde donde divisará toda la periferia y, con suerte, verá entre las neblinas del horizonte la cúspide donde desea plantar su bandera personal y pasar el resto de su existencia. Vi esa montaña y creí que iba en la dirección c

Humanidad: humo gris y contaminado

La humanidad es el humo contaminado, sucio y gris del ser humano. Hubo un tiempo en que el concepto de humanidad reflejaba positividad, optimismo, desarrollo; algo que nos separaba del resto de animales; símbolo de evolución. En cambio, ya no diría lo mismo. La humanidad está podrida, cargada de CO2, con un agujero negro del que sale todo tipo de improperios, de pensamientos nefastos, de malos presagios. La humanidad es la enfermedad del ser humano, de sus tecnologías. Somos una enfermedad crónica diagnosticada, pero sin cura; una enfermedad rara para la que no se aplica investigación ni medios con que hallar la cura precisa. ¿Acaso hay cura? ¿Habrá cura? ¿O en el pasado ya la hubo y se perdió en el camino de la evolución involutiva? Wert informa de un curso sobre apariciones místicas e introduce la religión como asignatura contable para la nota de selectividad. Leo por ahí que el PP va a invertir 280000€ en restaurar el Valle de Los Caídos. Los Hospitales públicos siguen pasando

LIEBSTER BLOG AWARD

LIEBSTER BLOG AWARD - MI SELECCIÓN  LIEBSTER BLOG AWARD El Liebster Blog Award, es un premio de carácter simbólico que se va transmitiendo entre bloggers para reconocer el trabajo y la calidad de blogs con menos de doscientos seguidores y dar a conocer blogs que estén comenzando. La concesión, aceptación, de este premio tiene una serie de sencillas normas o compromisos, a cumplir en el próximo mes: Nombrar y agradecer el premio a la persona/blog que te lo concedió. Responder a las 11 preguntas que te formule. Conceder el premio a 11 blogs que te gusten y que estén empezando. Formular 11 preguntas para que respondan los bloggers a los que premias. Visitar los blogs que han sido premiados junto con el tuyo. Informar a los bloggers de su premio. Mis 11 preguntas son las siguientes (algunas son varias en una): 1. ¿Por qué crees que los blogs tienen tanto éxito? 2. ¿Consideras que tu blog te ha permitido evolucionar?      ¿De qué manera