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Humanidad: humo gris y contaminado

La humanidad es el humo contaminado, sucio y gris del ser humano. Hubo un tiempo en que el concepto de humanidad reflejaba positividad, optimismo, desarrollo; algo que nos separaba del resto de animales; símbolo de evolución. En cambio, ya no diría lo mismo. La humanidad está podrida, cargada de CO2, con un agujero negro del que sale todo tipo de improperios, de pensamientos nefastos, de malos presagios. La humanidad es la enfermedad del ser humano, de sus tecnologías. Somos una enfermedad crónica diagnosticada, pero sin cura; una enfermedad rara para la que no se aplica investigación ni medios con que hallar la cura precisa. ¿Acaso hay cura? ¿Habrá cura? ¿O en el pasado ya la hubo y se perdió en el camino de la evolución involutiva?

Wert informa de un curso sobre apariciones místicas e introduce la religión como asignatura contable para la nota de selectividad. Leo por ahí que el PP va a invertir 280000€ en restaurar el Valle de Los Caídos. Los Hospitales públicos siguen pasando a ser privados. Da igual si hay manifestaciones. Poco importa la palabra del pueblo, que debería ser la palabra 'divina' (por emplear la jerga de estos políticos tan cristianos). La economía no parece mejorar. ¿Cuándo volverá la esperanza en este país que acabará estando poblado por pobres hambrientos y niveles educativos propios de la Postguerra española? No digo que la enseñanza pública garantice el criterio desarrollado en cada uno de sus alumnos, pues es evidente que una mejor educación no implica la independencia de pensamiento. Somos animales gregarios y acabamos siempre viéndonos arrastrados por las ideas comunes; desde pequeños somos un campo de batalla donde las bombas caen con ferocidad sobre nuestra corteza cerebral y adquirimos valores (buenos y malos) que la sociedad tiene establecidos: el niño irá de azul, la niña de rosa; él jugará con cochecitos y ella con muñecas; él se casará con una mujer y ella con un hombre e irá de blanco... Aunque las ideas vayan cambiando, son por naturaleza de lenta digestión. La cultura no es la luz del sol que en cuestión de horas pasa del naranja al amarillo, al blanco y de nuevo desaparece. La cultura es una montaña que se erosiona con la lentitud de los milenios. 

Esta mañana he leído en facebook que en un restaurante entraron dos hombres agarrados de la mano y los miraron todos los presentes con extrañeza. Los chicos se sentaron en una esquina. Mientras esperaban que la comida fuera servida, uno de ellos besó al otro y en ese momento se levantó el señor de la mesa contigua y se puso a gritar improperios contra ellos, que si menuda falta de respeto, que le estaban molestando a él, a su mujer y a sus hijos... ¿Un beso es molestia? La humanidad tiene un reuma crónico, que afecta a las mandíbulas y confunde el dolor de la osamenta con los hechos naturales del vecino. Lo bueno de la noticia es que, cuando los chicos se levantaron para irse, los presentes los detuvieron y los apoyaron a permanecer en el restaurante. Ese necio era el que molestaba a todos los demás. Fueron su familia y él quienes acabaron marchándose.

¿No es tal vez esa actitud la que podría salvarnos? Detener al verdadero cáncer y liberar la parte sana. El planeta se muere; juntos podemos inyectar la cura. La necedad se vence con efervescencia lógica, la razón, lo que debe ser de cajón. ¿No hemos avanzado desde Voltaire? ¿Debemos hallar de nuevo el saber del pastor o del alfarero? ¿Tendremos que retornar a los tiempos de las cavernas y ver la solución explicada en la pared rugosa de la cavidad de la cueva?

Hablando sobre los minusválidos alguien dijo que no tenían derecho a nada, que debían quedarse en su "puta casa como habían hecho toda la puta vida". Cuando escuché eso me subió el calor por todo el cuerpo. ¿Qué maldita humanidad es esa en que alguien dice semejante necedad y se queda esperando el reconocimiento mediante la risa? No, subnormal, no es gracioso esa comentario. La humanidad será menos humo contaminado cuando los aires frescos aporten brisas nuevas, cuando no oigamos estupideces como esa. Esa palabra (minusválido, disminuído físico...) no debería existir. La uso pero preferiría no haberla escrito. Uno no vale menos ni es inferior. Lo aclaro para evitar críticas al uso. Los eufemismos tampoco me gustan; podría haber dicho un hombre en silla de ruedas. ¿Qué palabra usaríais? ¡Qué peligrosas y dañinas pueden ser las palabras! Unas dan alas y otras las cortan y son el sol que derrite la cera o las olas que vuelven las plumas pesadas y nos llevan a las profundidades del mar.

¿Hallaremos la cura? ¿Acaso no la hemos ya encontrado? ¿Por qué sigue habiendo virus en la humanidad?


Comentarios

  1. En su libro "La venganza de la tierra" James Lovelock dice que ya hemos alcanzado el punto sin retorno. Escribamos mientras podamos.

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    Respuestas
    1. Libro que no he leído y que leeré. Si no hay retorno solo nos queda seguir escribiendo, como bien dices. Al fin y al cabo es de las pocas cosas que nos cura... Un saludo.

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