Estos días que he estado de puente los he pasado prácticamente en casa, casi sin salir, salvo para pasear a mi perrita. Lo primero que he hecho, después de desayunar, ha sido entrar en la red, navegar entre curiosos artículos, noticias asombrosas (para mí hay muchas noticias que son asombrosas y esto es algo que me gusta de mi forma de ser, ese despertar que mantiene la mente despierta y que espero no se me vaya nunca) y he escrito algo en este blog que a veces tengo tan abandonado, cosa que no me gusta tanto, pero qué vamos a hacer. Después de terminar la densa lectura de Como la sombra que se va , he empezado otra lectura mucho más ligera, tanto que he necesitado adaptarme de nuevo a las lecturas livianas. Me sorprende lo errático de la mente, la plasticidad de esta y comprobar, cada vez que hago este ejercicio, que cuando la cabeza se moldea a los textos complicados esta se pierde en los textos simples y viceversa. No sé si es algo que me ocurre solo a mí, que soy un ser extra
Las primeras palabras se plasmaron sobre piedra, quizás, estas de ahora las plasmo sobre las pantallas líquidas de vuestros ordenadores y teléfonos. Bienvenidos/as al espacio donde mis palabras tienen lugar.