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Mostrando entradas de abril, 2011

Ícaro

Escapamos de la prisión de Minos por tu ingenio. Me diste alas con las que surcar los cielos, pero yo era un crio aventurero que conocía después de tanto la libertad. El aire me acarició las mejillas, el cuerpo, el sol quemaba y las gaviotas pescaban hijos de poseidón, ninfas del agua. Me dictaminaste consejos que no seguí: "las alas son de cera, el sol las derrite y las plumas son ligeras sin aguas en sus entrañas". Me lo dijiste con firmeza y yo no escuché. ¡Me sentía tan libre! Sin gravedad, sin muros, sin leyes, solo un destino de regreso, unos ojos brillantes y acuosos, unos brazos débiles y necesitados, un perfume a azahar y olivo. Me diste alas con las que escapar por los aires y escapé, por el camino equivocado. La memoria ya no existe aquí, solo hubo una laguna con un barquero que me pidió monedas con su desdentada boca. Cruzamos juntos las turbias aguas y allí me dejó, ese esqueleto moribundo. Ahora estoy sentado, mirando tu reflejo en un charco de lava. ¿Por q
Quiéreme, la muerte, si me quieres de verdad. Abrázame, con la soga, si me abrazas de verdad. Bésame, púas, si me besas de verdad. No olvides, el cuchillo, si me olvidas de verdad. Porque en ese amor, los abrazos y los besos verdaderos son los que se olvidan de verdad, cuando se renuevan día a día y el tiempo los hace mejorar.

Energía

Energía, palabra de origen griego formada por la unión de en (dentro) y ergon (acción, trabajo), o lo que es lo mismo, se trata de una fuente interna que impulsa a moverse; es la esencia de la vida. Hoy tengo esa acción interna que brota con ansiedad, como un río salvaje y rápido, como las semillas transportadas por el tornado o las medusas guiadas por las corrientes marinas.                                                        Energía por dentro, energía por fuera, la noto en mi fuero y se expande duradera. Energía la que quiero la que presiento, la que impera la vida y el desconsuelo. Una curiosidad: energía comparte raíz con orgía, orgasmo, alergia, argón y organizar. Muy curioso, ¿no?    Energía, a pesar de la alergia, aun sintiéndome argón, de breve intensidad,                                             orgasmo. que organiza mi cuerpo en ficticias orgías.

Palabras vivas

Abrí el libro de las noches cerradas en las sábanas frías y las letras no captaron su sentido tan sólo fueron imágenes que se superponían, caídas, repetidas como el sueño posterior. Cerré los ojos de cansancio de no haber entendido una palabra, de sentir que el corazón se apretaba, exprimido jugo de deseo. Las palabras antes vivas perecieron con la luna en las arenas movedizas de su luz, en los sueños de un Morfeo traidor.

El clavo

Con un clavo en el corazón nació el primer llanto. Con un clavo en el corazón dio su primer paso. Con un clavo en el corazón acarició su mejilla. Con un clavo en el corazón asimiló que lo tenía, que el clavo era una púa llena de sangre y de dudas. Con un clavo en el corazón puso la barrera, para que nadie le hiciera más daño que ese clavo con el que naciera. Porque un clavo tenemos todos como máscaras de desilusión.

La consciencia

Buscando en una de las pocas cajas que conservo con libros y cuadernos míos de mi época de estudiante de secundaria me sorprendo al leer el comentario que me hizo mi profesor de ética: "José Luis, vales más de lo que piensas. No sé por qué no te valoras mejor" Leo esto, entre cuadernos de polvo, y me sorprendo a mí mismo. ¿En qué momento cambió mi imagen sobre mí mismo? ¿En qué instante sucedió que perdí la felicidad? ¿Cuándo se rompió algo en mí? Creo que sé la respuesta; lo que fuera se rompió dentro de mí al adquirir conciencia y madurez. Sí, estas dos cosas fueron el martillo que resquebrajó mi burbuja feliz. Cuando uno es consciente de que existe dentro de una realidad acuosa y diáfana, se centra en conocerla y en conocerse y, finalmente, se pierde en los pensamientos ilógicos. Cuando uno madura, se cree en la necesidad de autosuficiencia. Nada es autosuficiente. Somos seres gregarios, necesitamos de los demás y nuestro peor lastre es la soledad. Creo que la soledad

El ser humano

El ser humano, tan inteligente y superior como se cree, se precipita desde el vacío hacia su perdición y no logra reaccionar a tiempo, a pesar de que vea el peligro de frente.  Pretendía escribir un relato en el que un hombre a punto de decaer se quita la vida. No lo he hecho porque seguramente me haría mucho daño. Resulta que mi estado de ánimo está por los suelos; lo que al recrear e idear un relato parecido, me habría llevado a una situación extrema y ya bastante tengo con soportarme a mí mismo. Una polilla se parece, por tanto, al ser humano en que ambos nos vemos tentados por una luz, un problema que se sitúa delante de nuestros ojos y, por más que lo intentemos y que sepamos que al llegar a ella nuestras vidas pueden verse truncadas, acabamos lanzándonos directos.

Ubi es?

Te busco, no te encuentro, Te veo, te pierdo, Te llamo, silencio, callo, susurros, ¿Dónde estás? Necesito tu voz, tus pasos lejanos, el frío de tus pies, los abrazos estrechos Ubi es? Mi corazón, queso fundido Mis ojos, dunas de tu costa mi cuerpo, castillos en el Loira sentidos grises derretidos Où es-tu? Si me escuchas, ven Eres tú, ¿Me oyes? Tápate el otro oído no sueltes los quejidos que te penetran Dove sei? No sé si existes, si eres agua, fuego o tierra, fantasmas de un futuro o cuchillos afilados en  mi garganta. ¿Existes?                    ¿Eres?                                              ¿Dónde estás?                                                                          Ubi es?

Dos buenos días

Esta mañana he llegado de Granada donde he pasado dos cortos días con mi amiga Helen y su amigo Alastair. He pasado dos días maravillosos: andar mucho, hablar durante horas, descubrir rincones de una ciudad que me enamora cada día más, pensar en francés más que en español, percartarme de que tengo una prima más estupenda aún de lo que ya sabía, comer tapas, beber tinto de verano, vivir con buen humor y risas... He vuelto a estar feliz durante dos días completos, algo que no me había pasado en meses. Cada persona tiene sus propias pequeñas cosas que la hacen feliz. Ahora estoy cansado y noto en el pecho una extraña presión, como cuando te agarran con fuerza del brazo o te aprietan el cuello durante segundos; es el sentimiento que se siente al descender del punto más superior de la montaña rusa: ahora desciendo en picado. Me ahogo.

La polilla

La noche ha caido. La brisa se despierta. La dama de noche aromatiza las estrellas. La luna desparrama su leche cenicienta sobre la arena. La polilla se agita. En la penumbra, se desplaza por el aire torpe y a la vez elegante. A lo lejos ve algo. Luz. La bombilla colgada del techo de hierro se balancea por la brisa. Aclara la terraza con su blanquecina luz. Hace frente a la oscuridad de la noche. En su cristal, se adhiere el aroma de la dama de noche. Luz. La polilla enloquece y en su cerebro ya solo ve una luz maravillosa. Agita las alas con más brio. Ve la luz y se le salen las antenas. No sabe de peligros; solo de luces. Ha nacido por ellas, para ellas. Los dueños de la casa juegan a las cartas y anotan, entre risas, los resultados favorables para ella; él pierde esta partida y da un buche al vaso de vino que ya casi está vacío. Las risas. La luz. La polilla teme por momentos que la mujer agarre el matamoscas y la golpee con él. Por eso siente breves impulsos. Tiembla. Muc

Un amor por los libros enfermizo

Que me gustan los libros no es una novedad. El problema está cuando se me mete en la cabeza un libro que no tengo y no hay modo alguno de sacarlo de mi obsesión. Tengo bibliomanía selectiva. La bibliomanía es una obsesión por los libros en general. Como toda obsesión no es buena, pues balancea la estabilidad sentimental. A mí me ocurre que amo los libros, lo que sería entendido como una bibliofilia corriente. Sin embargo, hay momentos en mi vida que se rigen en torno a un libro en concreto. Lo veo en el escaparate, en estanterías, en algún reportaje o me lo recomiendan y, en ocasiones, ocurre que de ser un objeto de amor pasa a ser una necesidad, como beber agua cuando se tiene sed. Lo quiero; lo deseo ya. Y si no lo tengo, me sudan las manos, me pongo nervioso y busco información sobre el libro y el autor a través de la red, como un poseso. Siento lo que debe sentir un borracho al ver pasar por delante de sus narices una botella de whisky o como un nicotinómano en una situación de

Más papeleras

Acabo de leer el periódico de Roquetas y me he quedado anonadado de cómo transmite las noticias; parece un NODO. Aquí una noticia que he conocido hoy mismo. Dice el ayuntamiento de Roquetas de Mar que va a endurecer sus políticas relacionadas con la sanción de todos aquellos propietarios de perros que no recojan los excrementos de sus peludas mascotas, para lo cual dedicará mayores esfuerzos. ¿Qué esfuerzos? Mayor control policial y , por consiguiente, más multas a quien incumpla la normativa. Así se ganan unas perrillas con los excrementos de los perros; ¡Nada mal, esta medida! Vergonzoso. ¿Cuándo vamos a aprender que la represión y las prohibiciones no son las mejores vías? ¿Que quieren mejorar la higiene del municipio? Fantástico. Ahora bien, dejemos la hipocresía para otros. Según el excelentísimo ayuntamiento roquetero, el problema está en que  los propietarios de perros no se dedican a limpiar las heces de sus mascotas, sembrando las aceras y las zonas ajardinadas de campos de

¿Vera o Aguadulce?

¿Vera o Aguadulce? ¿7 u 8 meses de trabajo o 3 o 4? ¿Trabajar de noche o con turnos variados? ¿Dejar aleman estancado o poder seguir estudiándolo? ¿Vera o Aguadulce? ¡Qué difícil elegir!

Un día importante

Estamos en abril. Sopla un fuerte viento de levante. Asoma el sol con vergüenza tras un diluido manto de nubes (por no llamarlas nieblas). El agua se agita. Los libros parecen rebosar mares de tinta negra a punto de desbordarse. Las noticias son las mismas de los últimos días: crisis, Japón, Libia, violencia conyugal, alegrías, catástrofes, novedades literarias, musicales, cinematográficas, la foto del hijo de Penélope, muertes, nacimientos, enamoramientos, desilusiones, proyectos realizados, correos enviados, recibidos, compras, lotería; un joven se pelea con otro; un trabajador sufre un accidente laboral; una peluquera hace honor a su oficio y corta más pelo del indicado ( ¿Cómo te corto? -Córtame solo las puntas); Rajoy no hace más que rajar contra Zapatero y este acusa al otro de que solo raja y poco aporta; la cola del INEM sigue igual o más interminable que ayer... Todo sigue su curso normal con el Tiempo como telón de fondo; un día como otro cualquiera. ¿Cualquiera? No. Hoy,

¡Cuánto cuesta aprender un idioma!

Esta mañana me he levantado con muchísimos temas dando vueltas en esta tetera que me sirve de cabeza y, llegado el momento de escribir una entrada en este espacio, me encuentro con que el vacío y el olvido hacen acto de presencia: no recuerdo lo que había estado pensando. Cada día olvido con mayor facilidad; hecho que me preocupa mucho, teniendo en cuenta que tengo 25 años.  Según oí no hace mucho, las neuronas empiezan a morir a la edad de 20 años, por lo que llevo 5 años y medio de deterioro neuronal. Teniendo en cuenta que mi memoria produce cada vez huellas menos resistentes, cabría esperar que en el plazo de unos años acabe padeciendo algún tipo de enfermedad neuronal. ¡Qué pánico! Prefiero no pensarlo y centrarme en un tema que me interesa mucho más: el aprendizaje de lenguas. Dicen que los españoles somos malos aprendiendo idiomas. ¿Fallo del sistema educativo? ¿Es el español una lengua propensa a bloquear otros idiomas? ¿Tenemos una idea falsa de lo que debemos hacer? ¿O acas

Calor

La primavera despierta y el sol ya calienta. Me pregunto si este calor tan repentino no será efecto de las bombas lanzadas no muy lejos de aquí; el aroma a humo traido por el suave levante que sopla hoy. Diré que el cielo está despejado y tiene un intenso azul que se funde con el marino en los límites del horizonte. No he salido de estas paredes y parece que lo vea todo: la calle atestada de gente alegre, que pasea y charla con acompasada celeridad; las playas concurridas por bañista deseosos de agua, sal y sol; los espetos de sardinas en los chiringuitos; la explosión primaveral que a tantos tanto gusta y que a otros casi disgusta. Hace calor.