Acabo de leer el periódico de Roquetas y me he quedado anonadado de cómo transmite las noticias; parece un NODO. Aquí una noticia que he conocido hoy mismo.

¿Que quieren mejorar la higiene del municipio? Fantástico. Ahora bien, dejemos la hipocresía para otros.
Según el excelentísimo ayuntamiento roquetero, el problema está en que los propietarios de perros no se dedican a limpiar las heces de sus mascotas, sembrando las aceras y las zonas ajardinadas de campos de minas pestilentes. Parece que los ciudadanos y los turistas se quejan de la suciedad que esto provoca y, por ello, la susodicha alcaldía ha decidido tomar las riendas del problema.
Muy bien. Estupendo.
Pero, ¿Dónde está la responsabilidad del propio ayuntamiento? Es muy fácil desviar las culpas.
Señor edil, ¿Qué me dice usted de las papeleras? ¿Eso no incomoda a los turistas ni a los ciudadanos? ¿Eso no contribuye a emporcar todo?
Pero, ¿Dónde está la responsabilidad del propio ayuntamiento? Es muy fácil desviar las culpas.
Señor edil, ¿Qué me dice usted de las papeleras? ¿Eso no incomoda a los turistas ni a los ciudadanos? ¿Eso no contribuye a emporcar todo?
Hay papeleras cada veinte minutos, si no más. A mí, que no me gusta tirar ni un solo papel en el empedrado, me ocurre a menudo que debo llevar en la mano o en el bolsillo el papel o lo que quiera que deba tirar durante una larga caminata, porque el pulcro ayuntamiento no instala papeleras en las calles, como debería ser el caso.
Además, ocurre que no puedo reciclar todo lo que quisiera. Es verdad quue los plásticos y los cartones cuentan con varios contenedores bien situados. Pero ¿y qué ocurre con el aceite? Solo conozco un contenedor. ¿Y qué con la ropa vieja? No hay ni un solo punto de recogida de ropa vieja. Hace ya más de un año, escribí un correo electrónico de atención a la ciudadanía pregúntandoles por un punto de recogida de ropa usada y todavía espero la respuesta. ¡Para variar!
Que Roquetas esté sucia no es solo responsabilidad de los ciudadanos, también lo es del ayuntamiento; quien dé consejos que antes los cumpla, pero que no nos intente pasar a los demás por un aro estrecho, cuando ellos pasan por un aro gigantesco.
Jugar sucio nunca dará resultados limpios.
Que conste que estoy a favor de que no se dejen tirados los excrementos de los perros y de que la ciudad reluzca no solo por su luz, sino también por su pulcritud.
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