He comprobado en mis 27 años que lo que nosotros hacemos es siempre lo correcto, siempre llevamos la razón, juzgamos al resto dependiendo de lo que nosotros consideramos que haríamos o no haríamos, tenemos la lengua muy larga y la afilamos enseguida contra el otro. Somos, en definitiva, seres deleznables avivados por el fuego interno: todo depende de nosotros mismos, todo gira sobre nosotros. Si hay un error nunca somos nosotros los culpables. Si hay problemas o enfermedades los nuestros son siempre más importantes que los del resto.
Esta mañana, mientras trabajaba, una mujer ha empezado a chillar como una desesperada loca. He levantado la cabeza y estaba corriendo hacia la puerta giratoria de la entrada. Allí un niño pequeño estaba dentro de la puerta, esta seguía girando y la madre decía que la seguridad de esa puerta era una mierda. Hasta donde yo sé una puerta giratoria automática debe girar cuando alguien se aproxima a ella. La señora decía que la puerta le iba a arrancar el brazo. Esas puertas al mínimo movimiento se bloquean y jamás arrancarían un brazo. "Vaya puta mierda seguridad", gritaba. Somos animales desbocados, carentes de sentido, de calma y tranquilidad. Lo curioso de todo y lo más importante es que en la puerta hay una pegatina muy grande y llamativa informando de que el uso de la puerta está prohibido para niños no acompañados por un adulto. Si el niño ha llegado hasta la puerta solo es evidentemente un error de la madre, que ha bajado la guardia, ha preferido charlar, cotillear, tomarse un refresco o cualquier otra cosa antes que dedicar toda su atención a un niño de apenas 2 o 3 años.
Los padres en este país son muy extremistas: unos sobreprotegen a sus hijos y otros se despreocupan. Eso sí, todos se ponen de acuerdo en determinar que son excelentes progenitores y educadores. Todos valoran mal a sus propios hijos que o son tan listos, tan buenos, tan fantásticos -de hecho más que el resto-, o bien son demasiado nerviosos, tímidos... Tenemos un problema los humanos: nuestro ombliguismo. Por desgracia, esto no va a solucionarse nunca. Parece que esa fractura de nacimiento (el ombligo) marcará siempre nuestra vida.
Cierto lo que dices. He recomendado a una persona muy especial que te lea, cada una de tus entradas me demuestra que personas que saben explicar tan bien y transmitir tanto hay pocas.
ResponderEliminarSiempre tienes buenas palabras. Espero no decepcionar a esa persona tan especial. Soy sensible y me da la sensación de que a veces consigo transmitirlo, pero es verdad que la mayoría de las veces no me quedo satisfecho con lo que publico. No le dedico el tiempo que me gustaría. Últimamente menos porque estoy siempre muy agotado y no sé la razón... Espero que estés disfrutando de las vacaciones. Un abrazo.
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