He empezado a leer "Hablar solos" de Andrés de Neuman y he de reconocer que me está gustando mucho el modo que ha elegido el autor para contarnos la historia de un padre, una madre y su hijo de 10 años. El título hace referencia al diálogo interno de cada personaje para hacer avanzar la historia. meterse en cada una de las cabezas es una tarea complicada, que por el momento el autor sabe afrontar con holgura. Lo que me hace pensar ya de antemano que el libro ha de ser bueno es el título: hablar solos es una acción que nos ocupa la mayoría del tiempo, por no decir toda la vida. Todos hablamos solos con nosotros mismos todo el tiempo. Cuando digo todo el tiempo me refiero a todo el tiempo. ¿Acaso hablar con otro no es en realidad hablar con uno mismo? ¿Soñar no es hablar consigo mismo? ¿Escuchar una canción es hablar con uno mismo? ¿No es este título motivo suficiente para abrir sus hojas y escuchar las conversaciones de los personajes?
Después de terminar el libro de Muñoz Molina, merece la pena cambiar por completo de estilo y precisamente el de Neuman es todo lo contrario al de Molina. Abundan las oraciones cortas, los puntos. Todo parece distinto. Me gusta. Como también me gusta Molina. No podemos engañarnos. Voy a seguir perdiéndome en estos diálogos internos. Entrar en la cabeza de un niño, de una mujer y de un hombre ayuda mucho a la salud mental.
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