Estudiando el teatro francés del siglo XVII he llegado a una conclusión: lo prohibido a la larga ofrece posibilidades de evolución.
La mayoría de las obras más revolucionarias de Molière fueron constantemente prohibidas y todo porque hacía críticas de la sociedad, sobre todo de los burgueses, de los médicos y de las mujeres que buscaban una literatura "preciosa" y femenina. No voy a entrar en juicios del tipo esto me parece muy bien o opino que criticar a las mujeres de los salones es machista o tal. Cada cual que se forme su propia opinión que para eso tenemos juicio personal.
La cuestión es que esto me hizo reflexionar y constatar que el ser humano ha evolucionado en el momento en que ha normalizado ciertas críticas, en el momento en que lo prohibido ha dejado de serlo por cambios ideológicos, por libertad, por avance.
Lo prohibido deja de serlo cuando cambia algo, cuando se da un paso hacia adelante.
Y esto me llevó a pensar que el ser humano ha aprendido esta lección de una manera indirecta y eso explica que siempre tendamos a llevar la contraria a lo impuesto o que prefiramos hacer lo contrario a lo que nos dicen. Lo peligroso es sinónimo de aventura y, a la vez, una forma de mantener vivo ese espíritu, un modo de alcanzar el siguiente paso de la evolución, o quizás esté equivocado (cosa más que probable) y sea más bien un deslizamiento hacia abajo y una marcha hacia atrás.
En lo que no me equivoco es en el hecho de que somos opositores de las normas fijas. Solo las seguimos si somos tontos, como lo soy yo.
no puedo estar más de acuerdo con tu tesis, la evolución es el cambio de lo establecido, de lo que se da por sentado. Pero como en la evolución de los seres vivos, eso no significa que todo cambio sea positivo. A menudo se producen mutaciones que acaban con los individuos. Eso si, para que las especies evolucionen y se adapten a su medio el cambio es condición sine quanon.
ResponderEliminarExacto. Reflexiones que aparecen cuando menos te lo esperas. Gracias por tu comentario.
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