Me asomo a la ventana desde mi nuevo emplazamiento y descubro un paisaje extraordinario. Desde el mugriento balcón vislumbro a la derecha el ondulado de las montañas, moteadas de verdes irregulares; al frente se aprecia detrás de un edificio lo que parece la línea del horizonte que se desliza sobre el mar azul; y a la izquierda escalan la ladera pequeñas casas blancas que dibujan un entramado memorable, muy parecido al del Albaicín de Granada o al casco antiguo de Salobreña. En la cúspide emerge como un brazo de piedra trabajada una ilustre torre rodeada de muralla, la fortaleza, creo que la llaman. Esta edificación será con toda probabilidad de origen árabe, incluso de épocas anteriores. Ya entre el manto de blancas casas y la coronación de piedra del castillo destaca el verdor de un cinturón de árboles, tal vez pinos o abetos, no puedo determinarlo desde esta distancia, menos aún sabiendo que soy un ciego en potencia, salvado por los avances de la ciencia, por unas gafas que me proporcionan una visión fracasada; una visión sin embargo suficiente.
Esto es Vélez-Málaga, un lugar familiar, un instituto que me da vida de nuevo, una etapa más en este discurrir.
Oigo voces solitarias,
silencios rebosantes de saber,
un teléfono que suena,
suena siempre al revés,
al revés parece la realidad,
real pero ajena,
unos labios lejanos,
una boca, una pena.
Sueño que eres sueño,
despierto despertando tu recuerdo,
y el aire juega con los sonidos,
tu voz, un fuego interno.
Soledad que no está sola,
soledad del que ve el jardín
del desconsuelo, un vergel
caído desde el cielo
asoma por mi balcón nuevo,
y la soledad triste implora
que llegue pronto un beso,
una caricia y el rozo de tu cuerpo
y que dure, dure, nuestro encuentro.
El amor te inspira, jeje, disfrútalo. Y tus descripciones son extraordinarias a caballo entre el impresionismo del momento fugaz que describes y el expresionismo de lo que en ese momento te sugiere. Mas que escribir pintas con palabras lo que vez pasado por el tamiz de tu sensibilidad. De verdad que me encanta.
ResponderEliminarAgu, muchas gracias. Siempre con comentarios tan elaborados. Espero que hayáis imaginado lo que veo desde mi balcón.
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