Si alguien conoce a cupido, le pido que me lo presente. Tengo un par de cosas que comentarle, que reprocharle.
Necesito que me cambie el corazón, que lo endurezca, lo ablande, lo ponga en remojo, lo seque, lo humedezca, lo pinte de color, lo llene de sombras, de luces.
De camino le exigiré que me cambie los ojos, que me permita ver el amor allá donde esté, para que no sufra tanto, para que sea correspondido.
Le reprocharé que me haya dado un mal encanto, que las pocas personas que se fijan en mí, no me gusten; que las personas que me colman de brillo e ilusiones, no me quieran.
Estoy muy enfadado con él, con ese maldito dios de pacotilla, que se equivoca tanto como cualquier humano. Él no tiene derecho a errar, porque es un dios, ¿no?
Cupido, dame tus flechas que yo las lance; estoy convencido de que no me equivocaré.
Comentarios
Publicar un comentario