Las palabras "casser" en francés y "casar" en español pueden parecer a simple vista iguales y, no obstante, dicen completamente lo opuesto. Casser significa romper, de donde se extrae la idea de separar algo en piezas; mientras que casar significa unir, enlazar diferentes partes en una sola. Por consiguiente, no todo lo que se parece por fuera es semejante y, por extensión, no todo lo que se diferencia por fuera es diferente en realidad.
Seres de diferentes etnias o color de piel distintos, por nombrar algo, pueden compartir toda una extensa serie de semejanzas, gustos, actitudes, pensamientos, sentimientos...; del mismo modo que dos blancos pueden ser distantes como Franco y Machado.
Porque no todo es lo que el ojo muestra; una realidad que bien podría estar "cassée" en vez de casada con la verdad.
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