Has neutralizado mis lágrimas
y agotado mis energías.
Lo que no he logrado comprender
es desde cuándo mis venas se lían,
enredadas en la incomprensión.
Futuro incierto, incomprensible futuro.
Caes sobre mí, sobre ti resbala.
Esquilmas mi visión, tu visión me asusta.
Blanda desesperación, vete a tomar por culo.
Las palabras malsonantes se apoderan de mí
y sé ya que debo ponerles fin.
No soy de palabrotas,
porque no me gusta dañar mi boca
con los filamentos que en sus extremos dejan
cuando al romperse chocan.
Las bellas palabras volverán a mi garganta
con su dulce aroma, su sabor intenso
que espero que me vuelvan
y reclamen a mi paladar su sexo.
Y con ellas nacerá de nuevo la lágrima,
la sal propia de mi fuero.
Seré entonces feliz, vida mía,
feliz con sentimientos limpios de nuevo.
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