El frío que viene de dentro,
no el de fuera,
ateridos cuerpos sin vida
concentrados en el hoyo de la muerte.
El frío que viene de dentro,
no el de fuera,
lluvia que emerge del ojo
porque se ha perdido un amado fuerte.
El frío que viene de dentro,
no el de fuera,
quejidos y lloros tras la caída
al valle de los que ya no caminan.
El frío que viene de dentro,
no el de fuera,
un cristal entre un lado y otro,
donde los abrazos sujetan la tristeza.
El frío,
Cae la lágrima del Ártico,
congela la realidad.
El frío que ya no viene de fuera
y te recuerda la vida;
más bien el frío que viene de dentro
y te recuerda el tiempo.
Muerte, frío, infierno,
eso puede ser el Tiempo.
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