"Comme c'est bizarre! Que c'est curieux!"
Leo de nuevo esta obra de Ionesco (La cantante calva) y, por alguna razón desconocida, siento el efecto del amor por un objeto literario. Es como el amor que se siente por alguna persona, aparece de repente o poco a poco, muy sigiloso, y para cuando eres consciente de ello ya no hay marcha atrás, el sentimiento ha echado raíces en algún punto del propio cuerpo y no hay modo de acabar con él. Nacen por alguna razón, pero no se sabe bien cuál y ya se ha instalado para siempre, aunque esas raíces se vayan debilitando por falta de riego.
Es raro y curioso que algo así suceda con un libro, con una canción, una casa, un lugar, con un objeto o una entidad, en definitiva; pero se ve que las hormonas o el mecanismo que actúa a ciegas en el amor hacia las personas no difiere ni un ápice en el caso de los objetos, las ideas o cualquier cosa que en principio no debería ser tratada con tanto amor; como una persona.
Lo curioso de esta obra es que es un absoluto absurdo, la incomprensión de las personas, de la realidad, una crítica a la sociedad, al tiempo, a la lógica... una obra maestra de la que no puedo pasar. Y el caso es que me gusta este movimiento del absurdo, será que yo mismo veo todo un poco sin sentido; será por eso que me identifico tanto con este tipo de obras.
Es raro y curioso. Muy curioso. Tan curioso como ilógico.
La pondré en mi lista de próximos.
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