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Morir de risa

Hace dos días empecé a leer el último libro de Bernard Werber. Si no lo conocéis, os recomiendo que leáis algo suyo; mezcla ciencias, ciencia-ficción y buenas dosis de originalidad con facilidad. El problema que tenéis es que de sus libros solo se tradujeron la trilogía de las hormigas y el primero del ciclo de los ángeles (Los Tanatonáutas, o viajeros de la muerte), que creo ya han sido descatalogados. Es un escritor francés al que le debo grandes experiencias y una buena compañia en los trayectos de bus y metro que realizaba en Toulouse. Así que ya sabéis, para conocer sus obras tendréis que aprender francés.

A lo que iba, hace un par de días empecé su nuevo libro "Le rire du cyclope" (La risa del cíclope) y ya en las primeras páginas me sorprendió: un famoso cómico tuerto (cíclope) muere en su camerino después de una función de sketch. Lo último que escuchan de él es una estruendosa risotada. ¿Muerto de risa? ¿Por la risa? La periodista Lucrèce se ocupará de descubrir si realmente murió de risa.

Por lo pronto me está gustando; pero no escribía esta entrada solo por hablar del autor y de este libro. Escribo porque me he quedado sorprendido de la idea: morir de risa debe ser extraño. Hay muertes de todo tipo: asesinatos brutales, por pistola, a puñaladas traperas (en la mayoría de este tipo de casos), a causa de enfermedades perniciosas y crueles, por suicidio, en accidente. Las hay para dar y regalar, por desgracia y por fortuna.

Por desgracia, porque las consecuencias para la familia son dolorosas: perder un ser querido sean cuales sean las causas siempre es un golpe duro, que a veces acaba arrastrando a otros.

Por fortuna, porque sin la muerte seríamos tantos que no podríamos vivir. ¡Un mundo de rebosante vida debe ser escalofriante!

La muerte como digo y pienso es una circunstancia necesaria, pero dolorosa. ¡Pero morirse de risa debe ser lo más! Te mueres tan feliz... La campanilla sonando y vibrando hasta que la vida se escapa. Los ojos colmados de una charca lacrimosa. Un dolor fuerte de estómago. La respiración cortada. Feliz.

Comentarios

  1. Hola amigo, conozco hoy tu blog y ya me adhiero a tus lectores.
    ¡qué frutos más buenos salen de las aulas invernadero del Turaniana!

    Orgullosa de mis alumnos

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Marisa, por la parte que me toca. Lo único, creo que los frutos si son buenos se debe a que los agricultores los cuidan con cariño. ;)

    Orgulloso de mis profesores del Turaniana

    ResponderEliminar

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