Hoy es 23-f un día especial para la democracia.
En el Parlamento de los diputados entra una banda de insurrectos poco organizados, el jefecillo dispara al techo como símbolo de su poder, la mayoría de los allí presentes se esconde detrás de la madera que separa los escaños y un hombre, conocedor de la importancia de no someterse al instinto que lo incita a guarecerse de los posibles disparos, se mantiene firme y se niega a arrodillarse ante la basura humana que pretende apestar de nuevo el país. Si alguien pintara en un cuadro a ese hombre obcecado en luchar doblemente contra la gravedad, todos lo veríamos como la clara representación de la democracia, del pueblo.
Eso es lo que he visto mil veces en el video que grabaron las cámaras. El resto no me lo creo. No puedo saber exactamente si el rey fue una pieza clave. Está claro que todo el pueblo español estaba desgastado por el anterior sometimiento forzado y no iba a permitir que se repitiese la historia; menos aún después de haber respirado los aires de la libertad.
Cuando el pájaro sale de la jaula y vuela en plena libertad, jamás regresa a ella.
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