Me llama la atención que la gente crea que yo tengo respuestas para todos los problemas o que tomen tan en serio mis criterios cuando en realidad no sé nada. De hecho sigo siendo tan niño mentalmente que no dejo de sorprenderme con la realidad y con el microcosmos humano. ¿Qué credibilidad tiene la opinión de alguien que sigue sin entender el mundo, sin entender nada? ¿Alguien que controla muy mal sus impulsos y sus estados de ánimo? Y bien parece lo contrario, por algunos comentarios que me hace la gente. Pero no, no entiendo nada, a veces me gustaría contestar a algunas reacciones, dar mi perspectiva, opinar, aclarar, deshacer lo que hubiera que deshacer y reestructurar, pero no, no lo hago porque en ese caso actuaría instintivamente sin lógica y pudiendo provocar daños, pero no, al final silencio y seguir sin entender nada, ni siquiera por qué tanto apoyo a mi forma de ver el mundo y a mi manera de ser y actuar. Bien es cierto que hay también muchos detractores. Al final la vida siempre ha sido, es y será una eterna incomprensión y un infinito absurdo. Si no es así, que alguien me explique.
Hoy vengo a hablar de un libro que me regaló una estupenda amiga hace un par de meses y que me sorprendió mucho: Resistencia de Rosa Aneiros en español o en castellano, como prefiráis . Rosa Aneiros cuenta en un lenguaje poético, fresco y renovador una difícil historia de amor entre Dinís y Filipa en el Portugal del siglo pasado; explica y narra, además, la atmósfera que rodea a dicho romance: la historia de unos personajes secundarios, que bien podrían ser tratados por principales. Expresa con soltura la velocidad con que pasa el tiempo y deja al final el corazón repleto de salitre. Esta historia nos narra las dificultades de un amor en una época y unas circunstancias determinadas, donde las leyes de la vida lo rigen todo y la resistencia es lo único que puede hacerle frente. En ella encontraremos personajes hechos de salitre y agujas de pino, que deberán afrontar una lucha con la vida y con los personajes que obstaculizan su felicidad, mediante tesón y una acérrima resistencia
Esta sensación de absurdo continúa a pesar de que puedan pasar décadas. Escribió Shakespeare en Macbeth que la vida es un cuento lleno de ruido y furia contado por un idiota y que no significa nada. Así que no esperes comprender mucho más.
ResponderEliminarEstá bien saberlo. Muy sabio Shakespeare. Gracias por la cita.
EliminarHace poco que te leo, pero me parece, la tuya, una confesión interesante. Demasiados autores de blog hay, interpretando personajes y olvidándose del suyo, así que se agradece esta carga de confiabilidad. De niño a niño, te diría que es muy bueno ese asombro (sorpresa) que mencionas. Personalmente pienso que si algo realmente bueno tiene la vida es la capacidad de descubrir y asombrarse por las cosas nuevas que vamos conociendo. A mis setenta años, no tengo interés alguno en dejar de ser un niño. Un saludo!
ResponderEliminarMuchas gracias. Me halaga tu comentario. Siempre trato de ser lo más natural que puedo y, sin duda, no dejes que el adulto se coma al niño que somos. Un saludo, Noxeus
EliminarA lo mejor la vida no es para comprenderla sino para vivirla. Lo que hacen los niños.
ResponderEliminarSAludos.