Me llama la atención que la gente crea que yo tengo respuestas para todos los problemas o que tomen tan en serio mis criterios cuando en realidad no sé nada. De hecho sigo siendo tan niño mentalmente que no dejo de sorprenderme con la realidad y con el microcosmos humano. ¿Qué credibilidad tiene la opinión de alguien que sigue sin entender el mundo, sin entender nada? ¿Alguien que controla muy mal sus impulsos y sus estados de ánimo? Y bien parece lo contrario, por algunos comentarios que me hace la gente. Pero no, no entiendo nada, a veces me gustaría contestar a algunas reacciones, dar mi perspectiva, opinar, aclarar, deshacer lo que hubiera que deshacer y reestructurar, pero no, no lo hago porque en ese caso actuaría instintivamente sin lógica y pudiendo provocar daños, pero no, al final silencio y seguir sin entender nada, ni siquiera por qué tanto apoyo a mi forma de ver el mundo y a mi manera de ser y actuar. Bien es cierto que hay también muchos detractores. Al final la vida siempre ha sido, es y será una eterna incomprensión y un infinito absurdo. Si no es así, que alguien me explique.
En Andalucía, por lo menos en la zona de Granada costa y Almería, todo niño pequeño sabe que puede llegar algún familiar o adulto que al grito de un " El agareo " se te lance y con otros niños, los primos o amigos, te agarren el cuerpo, te bajen el pantalón y, tras muchos forcejeos e intentos de no dejar tus partes pudendas al descubierto, acaba quedando semidesnudo de cadera para abajo y recibir un escupitajo en el susodicho pene. Yo he sufrido muchas veces el agareo por parte de mi tía la más joven, aunque nunca me escupía. A simple vista puede parecer un horror, pero en el fondo todos se ríen muchísimo. Yo con el forcejeo me lo pasaba de escándalo, envuelto en risas. Castillo de Salobreña y cruz cristiana a sus pies. Hace unos años descubrí por casualidad el origen de esta tradición andaluza. Se trata de un juego nacido en tiempos de la conversión de los moriscos. No creo que sea necesario situar los hechos, porque todos sabemos lo que ocurrió tras la c
Esta sensación de absurdo continúa a pesar de que puedan pasar décadas. Escribió Shakespeare en Macbeth que la vida es un cuento lleno de ruido y furia contado por un idiota y que no significa nada. Así que no esperes comprender mucho más.
ResponderEliminarEstá bien saberlo. Muy sabio Shakespeare. Gracias por la cita.
EliminarHace poco que te leo, pero me parece, la tuya, una confesión interesante. Demasiados autores de blog hay, interpretando personajes y olvidándose del suyo, así que se agradece esta carga de confiabilidad. De niño a niño, te diría que es muy bueno ese asombro (sorpresa) que mencionas. Personalmente pienso que si algo realmente bueno tiene la vida es la capacidad de descubrir y asombrarse por las cosas nuevas que vamos conociendo. A mis setenta años, no tengo interés alguno en dejar de ser un niño. Un saludo!
ResponderEliminarMuchas gracias. Me halaga tu comentario. Siempre trato de ser lo más natural que puedo y, sin duda, no dejes que el adulto se coma al niño que somos. Un saludo, Noxeus
EliminarA lo mejor la vida no es para comprenderla sino para vivirla. Lo que hacen los niños.
ResponderEliminarSAludos.