Hace una escasa hora, estando en la sala de profesores, he comentado a P. que desde esta mañana me encontraba decaído y sin energía, como cuando se destapa el tapón de la bañera y el agua que esta contiene se cuela por la tubería. ¿Sabéis cuál ha sido la reacción de P.? Me ha dicho que me siente en una silla, me ha puesto una mano en la cabeza, otra en la espalda y me ha pedido que me relaje y que cierre los ojos; cosa que he hecho enseguida. Entonces, P. ha empezado a controlar su propia respiración de una manera sonora. Así hemos estado durante cinco minutos. Y por muy extraño que parezca, me he sentido mucho mejor después.
Energía.
Esa es la palabra que se ha diluido por los vasos de mi cuerpo. Esa paz enérgica me hace plantearme la posibilidad de apuntarme a algún curso de yoga o reiki.
P. es ese tipo de personas que sabe de todo, porque ha nacido para saber de todo, con esa gula de aprendizaje.
De mayor quiero ser como él. ¡Uy! Pero si ya voy siendo mayor...
El problema es que ya eres mayor, pero sigues sin aceptarlo...
ResponderEliminarVale, te mando "energy" de la mía, luego no te quejes diciéndome que necesitas un lexatil para relajarte...
Multa oscula
No sé si alguna vez lo aceptaré... En mi cabeza sigo siendo más pequeño. Y seguro que lo necesitaré... porque normalmente tengo mucha energía y si añado la de P. y la tuya voy a ser un terremoto. Es broma. Muchas gracias, María.
ResponderEliminarÁnimo con las evaluaciones. Supongo que también las tendrás ahora.