Oculto sale el sol
tras una celosía de nubes
grises, espasmos virulentos
de roja sangre en la retina
o un espejismo tedioso.
La esperanza es armoniosa
cuando dimite, pero la muerte,
triste recipiente explosivo,
estalla en los carrillos de la vida.
Rueda la luna por las escaleras,
tiene un pinchazo y parece abollada.
Un despertador calla agujas
e infla los ojos de granizos,
¿Es otoño?¿Qué sucede dentro?
En el espejo hay bruma y un abismo
que se confunden en la pupila,
el reflejo de alguien conocido,
pero que no hallo ahora mismo.Donde el norte era norte
ahora es sur, ¿acaso oeste?
Baja cuando sube,porque es ir hacia el SUBsuelo.
Antes había un camino,
una rutina aburrida,
al menos un puente levadizo.
Cruzan gentes su mirada,
huele olores y aromas de tomilloy en el filo de la acera
el vértigo tira de su cuello efusivo.
Cayó la vida por el precipiciode una rutina perdida
que surgía al cruzar el quicio.
.
Desasosiego, confusión, cruce de caminos, es lo que me inspira este poema. A menudo, todos tenemos la sensación de que en la maraña de caminos seremos incapaces de escoger uno, ya no digo el adecuado. Y, sin embargo, al final, la vida es tan potente que siempre termina por abrirse camino. Sólo hay que sentarse ne la mañana con una taza de café al solecito del otoño con un libro y el camino se abre ante nosotros diáfano en su sencillez. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSí, es un poco todo eso y la sensación que tengo a veces de no saber dónde estoy. Lo que ya te comenté de que olvidaba cosas y parecía que vivía en ocasiones abstraído de la realidad, ausente, en la parra, en la luna, en las nubes, algo desnortado. Aquella mañana me miré en el espejo y salí a la calle y andaba como en una nube, con la cabeza tirada por las alturas, con vertigo; es una sensación que me acompaña siempre, aunque me ocurra no siempre. Es el vacío del que te hablé. Un abrazo y muchas gracias por tu comentario, como siempre muy enriquecedor.
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