A pesar de mis 25, casi 26, años no puedo sacar de mí al niño que se fascina con la fantasía. Creo, de hecho, que en mí hay más de niño que de adulto, solo hay que mirarme un poco y se nota. No puedo sacarlo, porque si lo extrajera de mí no sería nada.
De niño soñaba despierto y de adulto seguí haciéndolo. La diferencia es que los sueños son diferentes. Antes creaba. Ahora recuerdo, rememoro. Pero sigo soñando despierto, con los ojos bien abiertos, con las pupilas contraídas, con el cuerpo paralizado; todo en retrospección y ajeno a la realidad.
"Luis, ya te has quedado embobado de nuevo", me decía mi abuela cada tarde, mientras me enseñaba su cacico de leche caliente con pan migado.
Eso me pasaba cuando veía la televisión. Penetraba la puerta de otra realidad y abandonaba la existencia propiamente dicha, ya me hablaran, ya me tocaran. A veces me sigue ocurriendo.
"Si lo deseo, puedo agitar los vientos en cualquier momento. Y tú, si aprendes, también puedas llamar a la lluvia"
Niño único durante 7 años, para mí mi primo Jose fue un hermano, un cómplice en mis ensoñaciones. Y durante mucho tiempo creyó que podría hacer llover si de voluntad lo deseaba. Demostrarle que manejaba el viento a mi antojo fue una tarea demasiado sencilla: en la zona de Salobreña donde vivía, soplaban las rachas de viento casi todos los días y con una frecuencia inusitada. Solo tenía que adelantarme al viento y aclamarlo con un brazo levantado en el momento preciso. Y, por muy sorprendente que parezca, lo conseguía. Seguro que porque me había criado entre vientos.
Ahora que el viento parece dormido y que el calor no se atreve a abandonarnos, puedo anticipar que mi yo pequeño va a ser feliz temporalmente:
Entre octubre y noviembre salen tres libros que llevo esperando mucho tiempo. Libros fantasiosos y, aguardo, fantásticos.
Primero, "Donde los árboles cantan", de Laura Gallego.
Segundo, "La sombra de la luna" del ciclo de la Luna Roja de José Antonio Cotrina.
Tercero, "El temor de un hombre sabio", de Patrick Rothfuss.
¿De qué van? Pues simplemente son historias llenas de magia. Si queréis leer una sinopsis no hay más que teclear en google y leer una de las miles que hay, todas iguales, por cierto.
Rebosan amor, fantasía, aventuras, poesía, personajes entrañables, originalidad, etc. Son un compendio de magia. Y yo este tipo de magia no me la pierdo por nada del mundo.
Alimentaré el niño adulto que soy.
Tengo problemas en tu blog para hacerte comentarios.No sé si este entrará
ResponderEliminarYo también tengo problemas para hacer comentarios... (Soy Jose)
ResponderEliminar