Esperanza, vete a tu puta casa,
de donde no debieras salir.
Respira las lágrimas que cada
noche me nacen aquí.
Esperanza, bruja bastarda,
anoche te escribí,
y en mis poemas te cansa
ver que no termino de sufrir.
Naciste de una garganta
de barro o no llegaste
a salir.
Dijeron que eras un mal,
que del fondo nadie
te vio partir.
Pero a mí ya no me engañas,
te siento demasiado feliz,
donde nace la vida y el latir.
Y si no te quieres marchar,
pronto llamo a la grúa del tiempo,
que sabe de mi malestar
y de mi descontento.
y de mi descontento.
Regresa por el camino
marino y a tu tierra acude,
¿Acaso no escuchas los gritos de tus hijos?
Puerca, traidora, Esperanza,
la cruel y despiada,
juegas con todos y olvidas,
que el día que bajes la cabeza
allí morirás bajo el martillo,
en mi venganza.
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