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Pose, una gran serie

Una época en la que salirse de la "normalidad" era todo un reto, un desafío, una prueba continua en la que te jugabas incluso la vida. Hablar de transexualidad, incluso hoy en día, parece algo complicado, y no, porque yo no lo vea con total normalidad, muy al contrario me parece algo tan duro que debe ser sentirse mal en el propio cuerpo por ser un cuerpo que no se corresponde con tu identidad y que además tengas que hacer frente a tantas adversidades. Conozco varios casos y me sorprende mucho que hasta los mismos padres y familiares muchas veces no dan su apoyo y credibilidad a sus hijos/as. Me decepciona tanto que estas cosas ocurran todavía...
En fin... No venía a hablar de esto, sino de una serie, Pose, que estoy viendo actualmente y
que me tiene completamente enganchado. Es una serie LGTB de época, la época de los ballrooms, del inicio de la lucha por la igualdad en derechos de la comunidad LGBT, la época del VIH y del sida, cuando aquella plaga mataba sin remedio (hoy día con medicación la enfermedad se cronifica y rápidamente el portador del vih alcanza niveles indetectables del virus, lo que lo hace intransmisible, u=u) 
y se convertía en la peor pesadilla de un colectivo. Es una serie repleta de personajes con carácter, llenos de estigmas, pero también de una energía y de un sentimiento especial por la "familia" (familia creada por ellos mismos), por la amistad y la lucha por ser visibles, iguales en oportunidades que el resto...

 Sin duda es una gran serie.
La banda sonora es una maravilla, sobre todo, para aquellas personas que aman la música de los 80 y 90.
 El vestuario demuestra que la extravagancia no nació con Lady Gaga y que la moda hace tiempo que se basa en redescubrir atuendos ya creados.
Ahora bien, mi cabeza no deja de pensar en determinados asuntos cuando estoy hechizado por la serie.
Cuánta crueldad es capaz de hacer el ser humano, a menudo me digo mientras estoy viendo la serie. Me acuerdo de algunos de mis alumnos y los veo sufrir por no ser aceptados por sus familias. Veo a amigos que son incapaces de salir de un armario metafórico que les causa gran dolor. Recuerdo la importancia de ser uno mismo y de reconocer la necesidad de luchar constantemente por la igualdad, por la libertad, por unos derechos justos para todos. Todo esto mientras veo la serie.
También pienso en otras cosas.
 Ser inmigrante en un país donde la gente te mira con desprecio debe ser terrible. Ser distinto y que te repudien por ello debe ser muy difícil de soportar. Y si además eres pobre... Qué triste que funcione así la sociedad todavía.
Estoy recordando ahora mismo una charla que vi no hace mucho sobre la verdadera xenofobia, la aperofobia. La sociedad en general es aperófoba: repudia, menosprecia, crítica y no quiere en absoluto extranjeros pobres, sin papeles, como se suele decir, porque supuestamente quitan el trabajo a gente de aquí, porque se aprovechan de los servicios públicos...             ¡Menuda gilipollez!
 Como si el hecho de nacer en un lugar determinado te hiciera superior a otra persona que desea venir a ese lugar... Como si las personas fuéramos papeles y documentos que nos permiten estar en un sitio u otro...Hemos creado una civilización, en muchos casos, absurda, antihumana. En la charla que os comentaba decían que nadie habla de los extranjeros que tienen dinero y fama, como muchos futbolistas o como multimillonarios que vienen a España a comprar grandes mansiones o incluso un hermoso Carmen granadino con impresionantes vistas a la Alhambra... A esa gente nadie la crítica ni la quiere echar del país. Siento pena...
Y ¿por qué hablo ahora de esto? Ni yo lo sé. Quizás hablo de temas que de alguna manera están también presentes en la serie. Blanca, una de las protagonistas, de repente tiene menos dificultades para alquilar un local, solo porque aclara (mintiendo) que es de origen dominicano, cosa que parece gustar a la señora blanca y ricachona que le alquila el local.
Pero esto y mucho más hay que verlo en la serie y sentirlo, ser muy empático, ponerse en el lugar de los demás y ver la necesidad de que sigamos avanzando, dejando atrás pensamientos absurdos. Solo hay una vida y esta, por desgracia, es breve y a menudo complicada. No nos la compliquemos más.

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