Ir al contenido principal

Ítaca en el horizonte

Es fácil, a veces, sentirse como Ulises al llegar a Ítaca. Es fácil, pero también extraña esa sensación de llegar a la isla que en tantas ocasiones había sido imaginada más allá de las tempestades, de las aventuras, de los obstáculos y de los embrujos que el inmenso mar siembra en el periplo de la vida. Es todo tan calmado que me da miedo. Después de tanto verme ya con Ítaca en el horizonte, incluso con la sensación de tener la arena de sus bellas playas entre los dedos de los pies... ¿En qué momento se llega al destino? En mi caso no lo sé. He remado tanto y he cargado en cada puerto las maletas con más y más libros, que no soy capaz de ver de dónde conseguí las fuerzas para lograrlo... Y aquí estoy ahora, en la cama de este pequeño barco, que es mi vida, oteando el luminoso horizonte de Ítaca, percibiendo el aroma tranquilo de sus flores y a la espera de un último aliento en forma de 'apto' del último inspector que guarda en sus decisiones todo mi futuro y mi presente.
Y siempre seré como Ulises, desde que tú me diste su papel. Siempre seré el navegante que no deja de cargar el barco y que, aunque llegue pronto a Ítaca, espero, no olvidará el viaje, pues, como dijo Cavafis, muchas son las Ítacas de este viaje llamado vida. Ojalá no me pierda ninguna.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Resistencia de Rosa Aneiros en español

Hoy vengo a hablar de un libro que me regaló una estupenda amiga hace un par de meses y que me sorprendió mucho: Resistencia de Rosa Aneiros en español o en castellano, como prefiráis . Rosa Aneiros cuenta en un lenguaje poético, fresco y renovador una difícil historia de amor entre Dinís y Filipa en el Portugal del siglo pasado; explica y narra, además, la atmósfera que rodea a dicho romance: la historia de unos personajes secundarios, que bien podrían ser tratados por principales. Expresa con soltura la velocidad con que pasa el tiempo y deja al final el corazón repleto de salitre. Esta historia nos narra las dificultades de un amor en una época y unas circunstancias determinadas, donde las leyes de la vida lo rigen todo y la resistencia es lo único que puede hacerle frente. En ella encontraremos personajes hechos de salitre y agujas de pino, que deberán afrontar una lucha con la vida y con los personajes que obstaculizan su felicidad, mediante tesón y una acérrima resistencia

Una tradición muy andaluza: el agareo

En Andalucía, por lo menos en la zona de Granada costa y Almería, todo niño pequeño sabe que puede llegar algún familiar o adulto que al grito de un " El agareo " se te lance y con otros niños, los primos o amigos, te agarren el cuerpo, te bajen el pantalón y, tras muchos forcejeos e intentos de no dejar tus partes pudendas al descubierto, acaba quedando semidesnudo de cadera para abajo y recibir un escupitajo en el susodicho pene.  Yo he sufrido muchas veces el agareo por parte de mi tía la más joven, aunque nunca me escupía. A simple vista puede parecer un horror, pero en el fondo todos se ríen muchísimo. Yo con el forcejeo me lo pasaba de escándalo, envuelto en risas.  Castillo de Salobreña y cruz cristiana a sus pies. Hace unos años descubrí por casualidad el origen de esta tradición andaluza. Se trata de un juego nacido en tiempos de la conversión de los moriscos. No creo que sea necesario situar los hechos, porque todos sabemos lo que ocurrió tras la c

La luz que se fue renació en otro nuevo día

  En este atardecer de hace un año,  moría el día, como mueren las historias.  En ese día, aquel, dolían los pies,  como debieron doler a aquel  que una vez corrió en Maratón.  Aquel era este, como este era aquel,  como la guerra que aquí se pierde,  como la guerra que allí se inicia  siempre.  Yo he perdido en guerras que otros ganaron, para después ganar las que otros acabaron perdiendo.  Yo, como todos, dejé coraza y casco, Dejé bandera, casa y hasta mi prado, Como el padre que un día dejó su legado. Perdí la luna y la noche se hizo oscura. Moría el sol y con él la luz.  Pero bien sabemos que al igual que no hay tormenta que dure eternamente, No hay noche que dure para siempre.  Hoy hace cuatro meses que nacía el sol de nuevo,  Cuatro meses,  con sus semanas,  días,    horas,  minutos    y segundos. Hoy no es como el hoy de hace un año. Hoy es un hoy diferente, mucho más iluminado, mucho más claro,  con más soles de amaneceres Que refugios de atardeceres. Hoy eres tú, Hoy soy yo.