Al fin consciente de la plaza

"En la cresta de la ola..." como muchos se piensan que he estado y estoy. Sin duda demuestran no saber nada de mi vida completa. En algunos aspectos sí lo estoy, como por ejemplo en que al fin me siento consciente de haber superado las oposiciones y las prácticas, sin tener que sufrir las esperas de destino para el próximo curso, sin tener miedo a no tener destino, sin tener que rellenar formularios, adjuntar documentos, comprobar mil veces que todo está correcto y, por supuesto, sin sufrir los desplantes de la administración, que nunca cumple con las fechas de publicación de destinos. Evidentemente, siento por mis amigos el nerviosismo de ver si les dan vacante y si consiguen un destino que les guste y les haga felices. Eso lo vivo con intensidad. Ahora bien, ahora por primera vez me siento feliz de saberme con plaza fija, con destino definitivo y con la certeza de que podré, al fin, tener una continuidad y una estabilidad que hasta ahora no había podido conseguir ni imaginar.

La gente, en general, no se imagina lo difícil y azaroso que es todo el proceso para acceder a una plaza fija, a ser funcionario de carrera. Creo que ha sido lo que más sufrimiento y tiempo me ha costado en mi vida. He tenido que andar siempre con el temor a que no me llamaran, a no trabajar (mi casa dependía en parte de mí); he debido vivir en muchos sitios distintos de Andalucía, en zonas maravillosas pero con un clima muy extremo y alejado de todo, de la familia, de los amigos, de todo... He gastado mucho dinero en academias para prepararme. He tenido una ansiedad tremenda. Solo quien pasa por esto sabe lo que es. Y una vez apruebas al fin con plaza, te das cuenta de que aún te queda un año horrible de prácticas, en que te sientes muy asustado, angustiado porque te juegas mucho, preso del tiempo que es muy breve y las funciones que debes realizar infinitas, cursos obligatorios y asistencia a ponencias, todo controlado y a contrarreloj. 

Los maestros viven muy bien, con sus vacaciones, su horario de mañana... Pues sí, vivimos bien si nos gusta esta profesión, pero no es tan bonito todo como lo pintan o como se suele pensar. Es una profesión dura, difícil, aunque muy gratificante. Pero que no se olvide que cuesta mucho conseguir estabilidad, llegar a la meta.

Yo he llegado a la meta.

 Por fin, siento que lo he logrado. Y deseo con fuerza que mis amigos (Eva, Vicente, María, Ángel...) lo consigan en las próximas oposiciones, porque se merecen esa recompensa ya.

Esta felicidad la dedico a todos los obstáculos con los que me he encontrado en la vida, a todos aquellos que me han permitido hacerme más fuerte, los que me han provocado lágrimas y dolor, porque gracias a ellos soy más duro y he podido enfrentarme a tantas dificultades.

Nunca se está en la cresta de la ola y mucho menos con muchos problemas, como he tenido en mi vida. Es siempre fácil ver la vida ajena con los ojos de la distancia y la ignorancia. Pero qué importa. Carpe Diem. Al fin, soy consciente del paso a una nueva etapa, con sus beneficios y los nuevos obstáculos que irán apareciendo. Vivid disfrutando de los buenos momentos y aprendiendo de los errores. Yo he cometido muchos errores, seguramente más de los que crea, pero no soy el único que los comete. De hecho, todos los cometemos a diario. Todos debemos aprender y vivir.

En la cresta de la ola o hundidos...