Dicen que el francés no sirve para nada. Pues mira por dónde ahora mismo acabo de leer que una amiga mía sin estudios, que lleva dos años en situación de desempleo, ha recibido una oferta de trabajo con un buen sueldo para trabajar de limpiadora y ama de llaves en Quebec, donde la lengua principal hablada es el francés, y resulta que esta chica tiene que rechazarla porque no sabe francés. Ahora se lamenta porque cuando estaba en el instituto siempre prefirió elegir otro tipo de asignaturas, en las que era más sencillo aprobar.
No me alegro en absoluto de esta situación de mi amiga. Para nada. De hecho me gustaría que fuera capaz de lanzarse a la aventura y que, a pesar de su miedo a las alturas y al avión, el idioma no fuera un obstáculo, puesto que a fin de cuentas si rechaza el trabajo por no saber francés sigue cayendo en el error de no ser capaz de enfrentarse a aprender un nuevo idioma.
Hoy mismo cuando mis alumnos me preguntaban por la utilidad del francés, les respondí que no hay saber que no sea útil y, por supuesto, aprender un idioma es dotarse de un puente hacia mayores posibilidades. Alguno quiso llevarme la contraria pero al final no lo hizo. Me habría gustado que lo hubiera hecho, porque de ello se habría desatado un pequeño debate interesante. El caso es que precisamente hoy he querido demostrarles lo cercano que es el francés. Hemos hecho unos ejercicios de comprensión auditiva muy interactivos y atractivos y se han sorprendido muy gratamente al comprobar que eran capaces de comprender y responder muy bien. Han visto que no llevan razón cuando me dicen que el inglés es más sencillo, porque llevan estudiándolo muchos años y son incapaces de entender un listening; en cambio en francés entendían bien, a pesar de haber estudiado solo 8 horas en su vida.
Con todo, solo quiero recalcar que aprender es un ejercicio duro pero a la vez muy gratificante y necesario para los tiempos que corren. Cuando soplan malos tiempos no hay nada mejor que adquirir saber y hacerse con material oportuno para luego construir una buena fortaleza que ayude a resistir.
Podrías plantearle la siguiente pregunta, para qué sirven la olas del mar o el viento que sopla sobre los árboles. Y sin embargo, sin hondas no habría tv ni música, ni podríamos hablar, .... algo que en un principio pudiera no servir para nada se demuestra siempre ser esencial para la vida. La poesía o la filosofía sirven para ahondar en las causas de las cosas y no dejarse engañar por vendedores de humo, por ejemplo, a parte de hacernos mejores personas, claro.
ResponderEliminarExacto.
EliminarTomar un café con Veritas Fulgens y José Luís G y escucharles puede llegar a ser un lujo que es necesario experimentar.
ResponderEliminar