Y casi con el curso terminado, aunque quede aún el tercer trimestre, puedo concluir que este curso no voy a trabajar en lo que me gusta, en lo que mejor me siento y lo que más me aporta. En cambio, mañana volveré a otro contexto laboral que ha formado parte de mi sendero desde los dieciséis años, la hostelería. Mañana volveré a vestir un pantalón de pinzas azul marino, una camisa amarilla y una corbata blanca. Seré otra vez un pollo de granja con sonrisa fijada al pico. Y visto lo visto debo agradecer que me haya salido trabajo después de casi diez meses en el paro. Seré útil en la medida de lo posible.


Comentarios
Publicar un comentario