Y casi con el curso terminado, aunque quede aún el tercer trimestre, puedo concluir que este curso no voy a trabajar en lo que me gusta, en lo que mejor me siento y lo que más me aporta. En cambio, mañana volveré a otro contexto laboral que ha formado parte de mi sendero desde los dieciséis años, la hostelería. Mañana volveré a vestir un pantalón de pinzas azul marino, una camisa amarilla y una corbata blanca. Seré otra vez un pollo de granja con sonrisa fijada al pico. Y visto lo visto debo agradecer que me haya salido trabajo después de casi diez meses en el paro. Seré útil en la medida de lo posible.
Entretanto veremos qué se me va ocurriendo para escribir en este espacio. Las últimas semanas he andado un poco ocupado y sin conexión a internet, salvo con el móvil, lo que ha implicado que haya estado desaparecido en nuestro papiro acuoso. Los últimos días me leí varios libros: uno de Amélie Nothomb (Barbe-bleue) muy original, cuya historia gira en torno a un estrambótico Grande de España (colmado de estereotipos españoles) que vive recluido en su lujoso piso de París con su mayordomo y que busca compañera de piso (en este la caso la novena, después de que las ocho anteriores murieran) con la que convivir. La chica siempre joven y bella tratará de averiguar cómo desaparecieron esas chicas, por qué lo hicieron y quién es ese español místico, extraño, amante del champán, el catolicismo, el cromatismo, las fotos, la costura y obsesionado con la gastronomía del huevo. Es un hombre con un gran secreto, que determina todo lo que ocurre en la historia. Es un libro ameno, como todos los de la autora. Os dejo el enlace a una entrevista que le hicieron con respecto a este libro http://www.youtube.com/watch?v=zWL1nRWjmXo ;
y el otro libro es de Hermann Hesse (Demián), que me sorprendió muy gratamente y, como todo buen libro, abrió muchas incógnitas, en este caso no sobre la vida, sino sobre las intenciones del autor y la realidad que subyace en los personajes principales. Esta lectura creo que habría sido mucho más fructífera si la hubiera realizado hace muchos años, cuando yo era adolescente. A pesar de todo he sacado una lección muy interesante: Nuestro destino es llegar a conocernos a nosotros mismos. Somos nuestro propio objetivo. Creo que el mundo actual y la sociedad moderna castigan demasiado este tipo de enseñanzas. Pretenden que seamos independientes, pero si nos valoramos nos critican. Nunca comprenderé dónde radica el problema de que alguien sepa cuáles son sus defectos y sus virtudes, sobre todo estas últimas. Saber quiénes somos es un conocimiento muy necesario para poder apoyarnos en nuestras habilidades y encontrar remedio a nuestras deficiencias. Aquí un vídeo con citas extraídas de la novela de Hesse. http://www.youtube.com/watch?v=2mcAbi0JjCk
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