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Una interpretación escalofriante

Las imágenes siempre valen más que las palabras, porque estas no todos las entienden; en cambio las imágenes son la mayoría de las veces entendidas por todos o al menos parecen ser comprendidas por todos; luego nos damos cuenta de que la realidad es bien distinta y que la comprensión rara vez es tal cual. 

             Podemos leer todas las salvajadas que sacuden el planeta a diario. Podemos escribirlas. Podemos desear que terminen o incluso querer buscar explicaciones. Podemos es una palabra que nos incluye a todos pero que no parece atañernos, porque del "podemos" nunca o casi nunca se pasa al "lo hacemos". Así funcionamos. Nos irritamos, maldecimos, nos sentimos mal porque parece que no podemos hacer nada y ahí nos quedamos.  

                Quietos, parados, inmovilizados por la falta de inercia. Casi muertos.

                 Estoy yo quejándome del calor que hace, aunque hoy parece que hace menos que la semana pasada, y entretanto visito facebook, leo artículos, veo vídeos y ¡zas! de repente veo un vídeo que me ha puesto la piel de gallina. Un ejemplo de lo que es pasar de "podemos" a "hacemos". Un programa de los que llamamos "basura" utilizado para transmitir un mensaje. 

                    Aparece un egipcio y comienza a representar un papel que ni los mejores actores podrían interpretar. El joven se presenta y a cámara lenta muestra la realidad de muchos árabes y termina lanzando un mensaje. Para cuando ha finalizado uno ya no es el mismo, pues el tsunamí ya ha traspasado toda la epidermis y de nuevo te sientes mal porque tu "podemos" sigue sin ser tu "hacemos" y porque sabes que el mundo va mal. Te quejas del calor o de que has engordado estos últimos meses, porque "pobrecito" (nótese la ironía) tenías que estar estudiando tus oposiciones y no te has movido de la silla en meses, con los ojos pegados a los apuntes, a las fotocopias y los dedos encolados al teclado del ordenador. Te quejas porque la vida no te va como te gustaría. La cuestión es quejarte y olvidarte de que todo eso es accesorio, pero de repente recuerdas, aunque solo sea a ratos, que en estos momentos alguien está sufriendo, alguien está huyendo de sus hogares escapando de la mano asesina, de la bomba, del fanático, del loco que pierde la vida sin haberla valorado; te recuerdas que ahora mismo hay familias encerradas en campos de refugiados, sin esperanza, como rebaños de corderos que esperan el matadero (como metáfora),  personas que mueren en atentados, víctimas y más víctimas. 

                   Mientras escribo esto trato de martirizarme mentalmente para que no se me olvide que soy un privilegiado, porque puede seguir caminando por la calle con cierta tranquilidad, durmiendo en mi casa, disfrutando de mi familia, de mis amigos, de mis cercanos, gozando del placer de la libertad, de sentirme resguardado, cómodo en el mundo. Me lo tengo que recordar para no olvidar nunca. Tenemos que recordar todos que el mundo que conocemos hay que defenderlo, hay que valorarlo, hay que cuidarlo. 

              "Podemos" debe ser "hacemos". 

             Soy un afortunado. Somos afortunados. Ojalá que todo ser vivo fuera afortunado de vivir. Entretanto os invito a ver este vídeo y a sentir la tristeza de una tragedia colectiva. 

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