Los tiempos del interino vuelven siempre en estas fechas, cuando el verano está a punto de irse y el calor parece prolongarlo en las altas temperaturas. De nuevo regresa el tiempo de la incertidumbre, de estar pegado al teléfono y de mirar la bolsa de sustituciones, de imaginar lugares, institutos, caras de alumnos y alumnas, de compañeros... Una mezcla de querer y no poder elegir, de no saber qué ocurrirá. Pero este año hay un resquicio amargo de las oposiciones. Este septiembre, por primera vez, no tengo ganas de curso ni de nada. Las oposiciones y su sistema azaroso me han dejado exhausto, desganado, desmotivado, sin la energía propia de mí. Tan pocas energías que ya me cuesta leer más que escribir. Pero para más inri a esto se une el hecho de que este año tampoco tenga vacante y que los recortes se sigan cebando con la cosa pública. Supongo que todos sienten lo mismo al fracasar de nuevo en algo que no depende ni del esfuerzo ni del conocimiento ni de nada que esté en tu mano. Uno estudia, se esfuerza, dejo todo postergado para después de los exámenes, intenta creer que todo ese tiempo perdido tendrá su recompensa y ve, agotado, cómo el sistema es una lotería de números que no llegas a comprender. Es muy contradictorio todo.
En cualquier caso, aquí sigo esperando a que abran la bolsa (supuestamente entre esta tarde y el lunes) y cruzando los dedos por que me toque al menos esta lotería, una vacante en un centro fantástico. Veremos lo que me depara el azar.
¿YA SABES ALGO?? ME TIENES AQUÍ INQUIETA ESPERANDO NOTICIAS TUYAS.
ResponderEliminar¿DE VERDAD, CREÍAS QUE ME HABÍA OLVIDADO DE TÍ?
UN ABRAZO
Hola, María, me llamaron de un pueblo de la Sierra de Jaén para todo el curso, así que feliz, pero muy agobiado con las programaciones y la LOMCE. Pero ya con internet. Me veréis pronto por aquí, espero. Un abrazo
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