Hoy ha fallecido un mito, la duquesa de Alba. A pesar de su edad, no me esperaba tal acontecimiento, quizás porque era una mujer muy fuerte y con unas ganas de vivir dignas de admiración; algo normal si uno posee todo lo que desea, como le ocurría a ella. Tenía todo menos la juventud y en esto entramos en los tópicos literarios de la amada juventud y de la fugacidad del tiempo. Toda su fortuna, todos sus títulos nobiliarios y todas sus tierras no le han servido de nada, porque la muerte llega a todos por muy Grande de España que seas. Porque "allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos..." Qué poca cosa somos. Llego de nuevo a esta conclusión, como tantas otras veces, pero no solo por la muerte que nos acecha en cada esquina, sino también y sobre todo por la exposición de momias que he tenido la suerte de ver en el Parque de las ciencias de Granada. Cuando uno se encuentra enfrente de momias siente escalofríos y un mar de dudas le inunda y revuelve...
Las primeras palabras se plasmaron sobre piedra, quizás, estas de ahora las plasmo sobre las pantallas líquidas de vuestros ordenadores y teléfonos. Bienvenidos/as al espacio donde mis palabras tienen lugar.