Me llama la atención que la gente crea que yo tengo respuestas para todos los problemas o que tomen tan en serio mis criterios cuando en realidad no sé nada. De hecho sigo siendo tan niño mentalmente que no dejo de sorprenderme con la realidad y con el microcosmos humano. ¿Qué credibilidad tiene la opinión de alguien que sigue sin entender el mundo, sin entender nada? ¿Alguien que controla muy mal sus impulsos y sus estados de ánimo? Y bien parece lo contrario, por algunos comentarios que me hace la gente. Pero no, no entiendo nada, a veces me gustaría contestar a algunas reacciones, dar mi perspectiva, opinar, aclarar, deshacer lo que hubiera que deshacer y reestructurar, pero no, no lo hago porque en ese caso actuaría instintivamente sin lógica y pudiendo provocar daños, pero no, al final silencio y seguir sin entender nada, ni siquiera por qué tanto apoyo a mi forma de ver el mundo y a mi manera de ser y actuar. Bien es cierto que hay también muchos detractores. Al final la vida sie...
Las primeras palabras se plasmaron sobre piedra, quizás, estas de ahora las plasmo sobre las pantallas líquidas de vuestros ordenadores y teléfonos. Bienvenidos/as al espacio donde mis palabras tienen lugar.