Mi estómago es una jaula,
una prisión de mariposas,
hadas nacidas de tus palabras,
caricias telepáticas, piel canela.
Mis yemas estiran mi lengua
para dar forma a mi pensamiento,
tecleando sus sonidos, caliento,
las palabras te llegan puras.
Parezco un hombre de césped
tan verde como la oliva,
tan verde.
Parezco un chico perfecto,
tan fuerte como el mármol,
tan fuerte.
Y no soy nada de eso,
solo lo que en tu interior
mi yo es circunstancia.
Quiero descifrar las palabras
ocultas entre los pliegues de tu cuerpo,
los poros, la suavidad de tu dermis,
un abrazo, tan solo eso,
quizás también un dulce beso.
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