Ir al contenido principal

Placer 6

Anoche me desvelé a las 4 de la madrugada. La noche no era silenciosa ni los muebles crujían. Fuera el viento soplaba con el ímpetu de una sucesión de huracanes. Entonces imaginé que hacía tormenta en el mar y que muchas mangas de aire fundían las nubes electrificadas y el oleaje salado. Esto me es placentero porque visualmente me parecía digno de lo sobrenatural. Solo fue imaginado, no ha ocurrido nada así. Yo seguía en la cama, calentito, con los ojos cerrados pero despierto. Los oídos me unían al mundo. El viento susurraba una nana que me durmió de nuevo.


Por la mañana y todavía ahora el viento sigue rugiendo. Estar dentro de casa oyendo su rugido me permite valorar el abrigo de estas paredes y lo placentero de sentirme protegido por ellas. Pero no solo eso: al mismo tiempo estoy deseando sacar a mi perrita para fusionarme con las caricias del aire, porque me recordará de nuevo que estoy vivo; sentiré que a veces soy una simple marioneta que su fuerza maneja y casi hace caer y en otras ocasiones me demostrará que por mucho que sople yo tengo la capacidad de resistir sus ráfagas. 

El viento será hoy mi placer cotidiano.

Comentarios

  1. A mí también me gusta esa sensación de estar calentico en la cama y oír fuera el viento, lo mismo m pasa con la lluvia. Pero también estoy deseando salir por la mañana y sentirlo en la cara :) Gracias, me has hecho recordar lo que me gusta esa sensación

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por comentar, Tarkan.

      Eliminar
    2. Es verdad de que a veces nos olvidamos de que estar vivos ya es una aventura en sí misma y nos empeñamos en aderezar la vida con edulcorantes artificiales.


      Eliminar
    3. Por eso hay que valorar las pequeñas cosas que nos demuestran nuestra existencia y que además nos aportan algún tipo de placer. Gracias por tu opinión.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Resistencia de Rosa Aneiros en español

Hoy vengo a hablar de un libro que me regaló una estupenda amiga hace un par de meses y que me sorprendió mucho: Resistencia de Rosa Aneiros en español o en castellano, como prefiráis . Rosa Aneiros cuenta en un lenguaje poético, fresco y renovador una difícil historia de amor entre Dinís y Filipa en el Portugal del siglo pasado; explica y narra, además, la atmósfera que rodea a dicho romance: la historia de unos personajes secundarios, que bien podrían ser tratados por principales. Expresa con soltura la velocidad con que pasa el tiempo y deja al final el corazón repleto de salitre. Esta historia nos narra las dificultades de un amor en una época y unas circunstancias determinadas, donde las leyes de la vida lo rigen todo y la resistencia es lo único que puede hacerle frente. En ella encontraremos personajes hechos de salitre y agujas de pino, que deberán afrontar una lucha con la vida y con los personajes que obstaculizan su felicidad, mediante tesón y una acérrima re...

Una tradición muy andaluza: el agareo

En Andalucía, por lo menos en la zona de Granada costa y Almería, todo niño pequeño sabe que puede llegar algún familiar o adulto que al grito de un " El agareo " se te lance y con otros niños, los primos o amigos, te agarren el cuerpo, te bajen el pantalón y, tras muchos forcejeos e intentos de no dejar tus partes pudendas al descubierto, acaba quedando semidesnudo de cadera para abajo y recibir un escupitajo en el susodicho pene.  Yo he sufrido muchas veces el agareo por parte de mi tía la más joven, aunque nunca me escupía. A simple vista puede parecer un horror, pero en el fondo todos se ríen muchísimo. Yo con el forcejeo me lo pasaba de escándalo, envuelto en risas.  Castillo de Salobreña y cruz cristiana a sus pies. Hace unos años descubrí por casualidad el origen de esta tradición andaluza. Se trata de un juego nacido en tiempos de la conversión de los moriscos. No creo que sea necesario situar los hechos, porque todos sabemos lo que ocurrió tras la c...

Sin escribir escribiendo

Estoy perdido de la red, pero pronto estaré de vuelta por aquí. Estoy acumulando energías y cada vez me noto con más ganas de volver, escribir, contaros mis conclusiones, mis tonterías varias o simplemente comunicarme con los pocos que me leéis. Por lo pronto me apetece escribir un poco ahora, sin guion previo, como a mí me gusta tanto, como la imitación de la naturaleza, dentro de un orden que no sigue orden, de un caos que no es en realidad caos. Este verano ha sido muy duro en muchos sentidos y agosto, en especial, me ha dejado como dentro de un agujero negro, pero aquí estoy vivo y coleando, como el pez que a pesar de haber sido pescado a veces vuelve al mar y nada como ya lo hacía antes de caer en el anzuelo. Me han pescado este verano los overbookings, los descuadres, las cuentas no ajustadas, las broncas, los papeleos y los clientes estúpidos. Sí, he dicho estúpidos, porque también los hay, aunque por suerte no es la norma general. Para mi sorpresa, no he escrito ni una sol...