Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2012

Felicidades.

feliz 2013 para todos y que los deseos y las metas que fijeis se os realicen. Un abrazo. Pronto vuelvo por el blog, porque las palabras siguen discurriendo en mi presa.

El primer paso hace caminos

Hace algo más de un año, una tía mía hacía punto de cruz en su casa y yo la observaba con cierta envidia y asombro; envidia porque aquello me parecía útil y tremendamente complejo. Ella hacía una manta con cuadrados de color morado, rosa y gris  que posteriormente cosía. Era muy bonita, suave al tacto, cálida, duradera. También sentía asombro, porque yo quería dominar ese arte, pero creía que jamás podría hacer una simple línea de punto y mucho menos comprender el proceso por el que dos agujas y lana crean bufandas con distintos dibujos, mantas, abrigos, calcetines o gorros. Cuando terminé la carrera, un compañero de carrera, César, organizó un viaje alternativo a Turquía. En una de las excursiones estuvimos en un taller de alfombras donde nos enseñaron cómo trabajaban. Nos mostraron cómo extraían la seda. Un trabajo mágico nos pareció, rutinario pero magistral. Allí había una veintena de mujeres con ropas de colores y pañuelos que les tapaban el pelo negro. Acostumbradas a las vi

Protección de la memoria

He sabido por puro azar que en agosto encontraron, también por casualidad, los restos de lo que parece un templo romano en Granada. Me puedo imaginar a esos obreros que excavan la zona de Camino de Ronda en la ciudad nazarí con el objetivo de realizar un metro por la ciudad y se topan con restos arqueológicos. La mayoría de ellos lo verán como meras piedras sin importancia, ruinas que no aportan nada. Mirarán los restos y pensarán "Joder, otra vez a esperar" y, envueltos en sudor, más aún en Granada en plena estación estival con el abrazo asfixiante del calor insoportable, se detendrán, beberán agua y mantendrán la mirada perdida en pensamientos muy dispares. Templo romano hallado Pero seguro que hay alguien, aunque solo sea uno de esos obreros, que observa las piedras con cierta intriga, tal vez admiración o emoción por algo que a sus ojos es mágico. Tiene que haber alguno que mire embelesado, como yo estaba mientras no quitaba ojo a las imágenes del ordenador

Vaporoso

¿Alguien me sabe explicar el motivo de que sea tan disperso? ¿Por qué soy incapaz de centrarme en una única cosa y condensar todas mis energías y atenciones en el cometido de una exclusiva acción? Es algo que no entiendo y que solo puedo nominalizar: personalidad vaporosa. Dentro del género humano, se pueden realizar diversos -por no decir infinitos- cuadros y divisiones esquemáticas, ramificaciones que aclaran y estructuran la diversidad humana en no solo hombres y mujeres, infantes, niños, jóvenes y ancianos, sino también en infinidad de categorías que sería incapaz de incluir en esta entrada que escribo con cierta celeridad y sin perder demasiado tiempo de reflexión. No porque el tema sea interesante hay que dedicarle toda una vida; por ello voy al grano y me dejo de circunspecciones: hay personalidades vaporosas y personalidades  férreas. ¿De dónde extraigo esta terminología? De la nada, de mi cabeza -dicho sea de paso, habitáculo vacuo cerebral-, de la experiencia.  L

Un cortijo familiar

Sierra Nevada desde el Postigo de Salobreña El cortijo encalado mira al mar, a Salobreña y a su vega, pero también a Sierra Nevada y a los cultivos tropicales que escalan la montaña que lo rodea. Posee un porche grande a la sombra de una techumbre de hierro ondulado y de una vieja parra que se sostiene colgada de cilindros de hierro oxidado, seguramente tan antiguas como la edificación. En el interior el aire permanece congelado y viciado por un tiempo que ya no existe, fruto de algo que fue y sigue siendo, pero solo en ese lugar, porque fuera ya todo es distinto, ha cambiado a lo largo de más de 30 años, cuando falleció una de las mayores bestias que se ha criado en estas tierras ibéricas, el asquerosísimo. Quedan vigas de madera y las paredes son irregulares. Hay camas con más de setenta años y la chimenea de ladrillo colorado muestra en su interior el negro de los múltiples fuegos que han ardido en su interior. Lo miro con fijeza e imagino a los hermanos y hermanas de m